domingo, 25 de diciembre de 2011

Palabras vacías.

La palabras vacías caminan por el aire.
Latidos vacíos, un corazón sordo, un alma rota por el hambre de besos y caricias en mi cuerpo.

Busco entre los pensamientos de mi cabeza una respuesta para encontrar mi existencia banal en la humanidad. El frío de la calle congela mis manos, mis sentidos, pero ¿sabes? No me importa pasar frío si es contigo.
Mas mis pasos se resbalan en el hielo del suelo, un baile extraño se apodera de mis piernas y caigo. Sólo carcajadas salen de mi boca y una sonrisa en tu cara es lo que más ilumina mi alma.

He pensado en ti en estos días fríos de invierno y sólo me he imaginado descansando entre tus brazos. Qué ironía, yo paso frío, pero tú eres la que se esconde en unos brazos que no son los míos.
No existe en mí la valentía, ni el valor, ni nada relacionado. No existen en mí las palabras de amor, existe el miedo e intento vencerlo cada día que paso contigo para que, en el momento exacto, las palabras vacías que susurra mi alma se conviertan en un discurso que termine en el paraíso de tus labios desnudos para poder descansar siempre en la cama de mis sueños. O lo que es lo mismo, la tuya.

viernes, 23 de diciembre de 2011

¿Sabes?

¿Sabes? Hoy es uno de esos días en los que me encantaría estar contigo, tumbada en la cama y sin hacer nada.

¿Sabes? Hoy te besaría hasta reventar y contaría una y otra vez a las estrellas lo preciosa que eres.

¿Sabes? Hoy te has ido y aunque te no te hubieras ido, no te tendría.

¿Sabes? Hoy he sentido que te quería a mi lado.

¿Sabes? Hoy me he dado cuenta de que me gustas y no sé cómo hacerme ver ante tus ojos.

¿Sabes? No sé si tú sentirás lo mismo, si ni siquiera te lo has replanteado durante un segundo pero..espero que mi camino y el tuyo se crucen en algún punto.

¿Sabes? Hoy tengo el corazón encogido y cansado de esperanza. Y de esperar.

Pero sobre todo no entiendo por qué se me pone difícil todo lo que deseo. Ni siquiera sé por qué tú, por qué ahora y por qué no antes...sólo sé que no sé nada.

martes, 20 de diciembre de 2011

Piedras

Las piedras se dejaban llevar por el vaivén del mar. El sonido de las olas rompiendo en la orilla hacía más bonito, si se puede, el cielo estrellado.
Mis ojos no se acostumbraban a la oscuridad, a fogonazos mi ser interior despertaba en humo y frío.

Pero las estrellas me guardaban desde ahí arriba. Me guiaban por la playa para no perderme y poder resguardarme del viento y el frío.
El silencio era imposible, el sonido del mar batallaba con mi corazón en una lucha épica entre alma y razón. Mi vida pasó ante mis ojos en un segundo y caí al suelo adormecida por el perfume de la salitre en el aire.
Mis manos frías me devolvieron a la vida, mi alma en llamas había recuperado mi cuerpo y mis ojos, mis ojos ya se guiaban perfectamente en la oscuridad sin necesidad de luces.

Aunque allí mismo existiese la luz más intensa y preciosa. Aunque esa luz durase un segundo. Aunque esa luz me cegase y tropezase con las piedras.
Aunque esa luz fuese la de una estrella fugaz siempre será la que más ilumine en la noche pues con su muerte yo he comprendido la vida. Con su muerte yo he descubierto la vida.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Espacio

No me atrevo a escribir sobre ti.
No me atrevo a descubrir mi alma una vez más. Tengo miedo a que mi corazón quede al descubierto y una vez más caiga al vacío después de correr a ciegas por un largo camino.

No me atrevo ni siquiera a mirar a los ojos, sé que si lo hago podrías leer todo lo que hay dentro.
Soñar es lo que quiero hacer cuando no pueda más. Cerrar los ojos y dejarme llevar por el río de estrellas de mi alma o de la tuya y despertarme entre las dunas de la luna llena y admirar la tierra en todo su esplendor.

En la oscuridad del espacio es como si me perdiera en la luz de tus ojos. Sé que ahora mismo estoy con los ojos cerrando e imaginándome todo esto. Lo estoy imaginando, lo sé, pero, también sé, que se hará realidad. Algo tan grande, tan brillante y hermoso no puede ser mentira.

Y mientras el piano acompaña mis pasos en la lejanía, una voz que canta me guía en este camino que se acaba, en este camino que me lleva al puente que me lleva al siguiente nivel.

Y aunque todo sea un sueño, existe una realidad, que quiero volver a enamorarme, que quiero que mi sonrisa sea constante y que, por una vez en mi vida pueda compartir mi tiempo con la única estrella en la tierra.

Corazones de Jengibre

Estaba ella de pie en la cocina. Tenía las manos y la cara manchadas de harina, el delantal rojo tenía pizcas de la misma y parecía nevado.
Su pelo castaño le caía por encima de los hombros, recorría su espalda y volaba por encima de la masa.

Con su estilizada figura amasaba la pasta que estaba sobre la encimera, de color marrón, mientras las ventanas se empañaban. Azúcar, harina, jengibre y una pizca de sal de sus lágrimas. Todo unido se convirtió en una masa uniforme que aún no tenía pinta de nada. Entonces cogió uno de los moldes de acero que le habían regalado y fue cortando toda aquella masa. Pequeños corazones llenaba la cocina. El olor del jengibre y el azúcar moreno llenaban la casa, el calor del horno la calentaba y calentaba su corazón roto en mil pedazos que, poco a poco se fueron uniendo.

La sonrisa de sus labios se escondía tras un muro de hielo.
El calor la hacía sentirse abrazada, querida, importante. Aunque no lo fuera tanto o eso pensaba ella. Alguien desde lejos le había pellizcado el alma, pero no se había dado cuenta.

Entonces ahí estaba ella. Sentada frente a la chimenea comiendo corazones de jengibre con las esperanza de éstos unieran al suyo y le dejasen estar completa una vez más. Sólo quería su corazón entero, un corazón completo para poder enamorarse de verdad.
Ella sólo se había enamorado una vez y quizás no sabría diferenciarlo, pero no le importaba.
Pensaba en ella mientras mordía la última galleta y su sonrisa fue más dulce que otras veces al imaginarla. Por primera vez tendría una feliz navidad de verdad. Rodeada del olor del jengibre en su casa y con la esperanza de vivir rodeada en los brazos de otra persona.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Juntas

He soñado con recorrer tu piel día y noche sin descanso.
He soñado con besar tus labios y tu cuerpo con pasión.

Sin olvidarme que tú eres la princesa de esta habitación y de este corazón.
Mi vida y mi alma mezcladas en el olor de tu perfume y de tu piel.

Ha anochecido y la luna ilumina tu piel a través de la ventana. El frío o mis caricias, no lo sé, te ponen la piel de gallina y has suspirado varias veces. La noche nos abraza en su eterno amor y nos perdemos en el cuerpo de la otra deseando más a medida que pasan los minutos.

No te marches nunca de mi lado, no te pierdas en la oscuridad, no te escapes, deja que yo te lleve hacia la luz.
No despiertes, que aún no es de día. Cuando salga el sol tendrás que irte y no quiero que se pierda este momento. Búscame en tu recuerdo cuando no esté y desea que esté contigo. Una caricia recorrerá tus labios y se materializaran en mi cuerpo, siendo yo, tu acompañante en la soledad.

martes, 6 de diciembre de 2011

Gracias

He buscado entre mis recuerdos momentos en los que realmente haya sido feliz.
He buscado entre mis cartas, entre mis fotos y mis memorias, momentos en los que fuese una con el mundo, en los que fuese una con el resto de la humanidad.

Y me cuesta encontrarlos a pesar del tiempo. Me cuesta encontrarlos a pesar de todos los recuerdos que tengo en mi cabeza, en mi alma y en mi corazón.
Han existido en mi vida mucha gente que me ha animado cuando he tropezado, gente que me ha levantado y que, sobre todo, me ha secado las lágrimas cuando todo iba mal y me las ha hecho saltar cuando todo iba bien. Gente que me ha hecho sonreír sin yo pedirlo, gente que no me ha fallado a pesar del tiempo o de la distancia. Gente que cada día echo de menos a mi lado, gente que no puedo ver cuanto quiero pero que está ahí cuando la necesito, que está ahí cuando quiero un abrazo.

Hoy escribo por todos vosotros, por todos los que hacéis posible que mi sonrisa sea eterna y completa. Por todos aquellos que me llenáis de consejos, que me habéis visto crecer, llorar y enamorarme. Por todos aquellos que alguna vez os habéis sentido identificados conmigo, por los que me defendieron y por los que simplemente me han querido uno o dos días.
Hoy quiero agradeceros tanto tiempo gastado en mí, tantas palabras gastadas en hacerme ver las cosas y el mundo tal y como es. Gracias a todos pues no sé qué sería de mí sin todas esas personitas que me llenan el alma de felicidad.

Sé que a veces no doy la talla, que os he fallado o que, simplemente me he encerrado en mí misma y he preferido sonreír a la fuerza. Lo siento, no es mi intención faltaros al respeto, simplemente, quiero dedicarme a disfrutar de vosotras, de todas mis amigas, de todos los momentos porque aquello que me atormenta se aleja un poco más cuando estáis a mi lado. Sé que no es mucho, una entrada en un blog, pero, para mí, las palabras son mucho más que eso. Para mí, las palabras son mi modo de expresar algo que no podría decir con la voz y espero lo toméis como si yo misma os lo dijese a la cara y de carrerilla.

Os quiero, os quiero más que a nadie. Os quiero y siempre, siempre os llevaré allí donde me vaya porque ya formáis parte de mí, de mi vida, sois mis cicatrices, mis lágrimas y sois yo misma, pues me he formado cogiendo lo mejor de cada una de vosotras. Por eso sé que nunca estoy sola aunque me sienta así, por eso sé que puedo estar de mil maneras, pero jamás estaré sola.

Gracias. Os las doy por adelantado, pues sé que en el momento en el que más quiera dároslas no me saldrá. Gracias por sostenerme, aguantarme y hacerme sonreír. Gracias.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Simplemente

Simplemente te volví a mirar en mis sueños, en mi pensamiento y simplemente me he vuelto a enamorar de ti.
Todas las noches, al cerrar los ojos e imaginarte, me enamoro de ti.

Allá donde estés, allá donde te encuentres princesa, quiero que sepas que me estoy enamorando de ti sin conocerte. Me enamoro de tu mirada, de tu sonrisa, y de tus manos. Me enamoro de la forma en que me miras a escondidas y de la forma en la que me permites descubrirte cuando te sonrojas.

Me permito a mí misma descifrar el código de tu nombre y me salen un millón. De ese millón sólo quedará uno, el tuyo. El único que llevaré grabado en mi corazón pues sólo será tuyo si lo quieres y prometes mantenerlo calentito en tu pecho en las noches más frías del invierno.

Me he enamorado de ti y ni siquiera soy capaz de ponerte cara, no soy capaz de mirarte a los ojos pues no sé de qué color son. Tu pelo es negro o castaño. Es largo, es lo único que sé. Sé que tus manos son preciosas, que tu piel es suave y que tus palabras me encogen el alma cuando pronuncia un te quiero.
He defendido a capa y espada este amor que ahora siento y lo siento por ti. Fantasma esquivo de mis miradas. Fantasma sin cara. Fantasma con alma.

Pero no estoy triste. Sé que nuestro tiempo llegará y quizás esto sea una llamada para que lo sientas en tu corazón y sienta la necesidad de buscarme como yo lo estoy haciendo contigo. Aunque aún tengo la esperanza de ir caminando y tropezarme contigo sin querer y fundirnos en una primera y única mirada que nos sirva para saber que una luz se ha encendido en nuestra alma y que no lo podemos negar.
Sé que eres preciosa y por mucho que tarde en encontrarte eso jamás va a cambiar. Te lo prometo.

Pero princesa, aunque sientas que ahora mismo estás sola, que no estás completa, que no se te pase por la cabeza que no te estoy buscando o que me he perdido. Estoy aquí, pensando en ti. Sintiéndote aún en la distancia. Estoy aquí pequeña y no me voy a rendir hasta poder entregarte esta carta llena de amor, ternura y cariño.

Sé que serás la única que me robará un suspiro pues, el corazón, ya es tuyo desde hace mucho.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Dios, Destino, Universo.

Bailaban las estrellas sobre mi cabeza.
Bailaban al ritmo de la noche y del viento.
Su luz brillaba en la oscuridad y guiaba mis pasos descontentos hacia un final peculiar.

El mar embravecía con cada ola que moría en la orilla y su espuma salpicaba mis zapatillas.
La sal se pegaba a mi cuerpo vestido con la ropa de los fines de semana, se pegaba a mi piel, se pegaba a mis labios, se confundía con la sal de mis lágrimas.
Confundía sentimientos y vida en un mismo corazón, confundía felicidad y dolor, añadía miedo y soledad a un alma quebrantada por las paredes, los tropiezos y los laberintos que he tenido que seguir para encontrarme hoy aquí. Una con el mar, una con las estrellas, una con el universo, una con la vida.

Aquí me tienes maldito destino que de mí te olvidaste un día al dormir. Aquí me tienes universo, alinea tus planetas, tus estrellas o tus galaxias y sácame de esta espiral odiosa que me marea cuando abro los ojos. Lléname de verdadera esperanza al imaginarme a su lado, lléname en este año que entra de esa felicidad que sale a borbotones por los poros de la piel de la gente olvidada en mi pasado.
Lléname una vez más de cariño, de esperanza y de amor, sobre todo de amor. Si he de rezarle a Dios le rezaré aunque no acepte mi amor. Si he de sucumbir al diablo lo haré, pues quiero su sonrisa en frente de la mía y sus labios frente a los míos para poder besarlos por primera vez. Quiero acariciar sus manos, quiero oler su pelo, perderme en su piel y suspirar su nombre cuando no esté.

Si ella apareció en mi vida no fue por casualidad, si me ha dado una pequeña luz que seguir espero que no se encuentre en lo alto de una montaña. Si está hoy, en mi cabeza y en mis pensamientos, tiene que ser porque algo más espero de ella...y quiero que se le ponga la piel de gallina con esto. Quiero poder tenerla delante y decirle lo que en mi alma habita. Quiero poder susurrarle al oído palabras que nadie que la haya amado le dijo alguna vez; porque mis palabras saldrán puras de mi corazón, para unirse a mi voz y admirarse en su sonrisa.

Hoy pido al destino, a dios, al universo, a lo que sea, que me ponga en tu camino, que te tropieces conmigo y que no te preocupes por caer, que yo te cogeré y te levantaré del frío suelo para que encuentres un corazón en el que sentir el calor y dejar de sentir el anhelo.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Somos personas interconectada por un alma.
Un alma que tiene alas para hacernos volar por los países del mundo y liberarnos de las cadenas que nos unen al duro suelo, en donde caemos y nos tropezamos, en donde sangramos cuando nadie nos entiende. Un abrazo ¿es tan difícil?
Comprensión es lo que buscamos, intención de amar es cuando lloramos. Una palabra, dos o tres es lo que esperamos cuando la oscuridad más negra nos acecha por la espalda.

Pero no entiendes que esa oscuridad eres tú, que el mundo es el que tienes bajo tus pies y que los aplausos que escuchas son para hacerte seguir adelante.
Un sonido eléctrico te para el corazón, una sensación te cubre el cuerpo y tu vida se ha acortado dos minutos. Has encendido un cigarrillo buscando una solución a tu problema pero sólo has encontrado humo que se ha mezclado con el oxígeno de la habitación. No has buscado, simplemente te has quedado mirando cómo se desvanecían los segundos entre el humo blanco, grisáceo, bailando por lo inexistente.
Te has sentado en el sofá, te has evadido del resto, un ruido de fondo, la tele, tu madre, tu padre, alguien...¿y tú? Dónde te has dejado a ti, tu voz ¿dónde está? Callada...simplemente está callada...y por ello estás dejando que pasen por encima de ti, por ello dejas que millones de ojos te miren y te juzguen. ¿No ves que ellos no son mejor que tú?
Tú tienes mayor valor, fuerza y verdad que ellos, nadie podrá callar tus gritos, tus puños y tus deseos; tú puedes ser mejor...tú eres mejor que ellos, que, sin conocerte han sudado de tu alma y han hecho daño a tu corazón.

Atrévete a enfrentarte, atrévete a vivir aunque no les guste, atrévete a olvidar que existen y existe tú. Existe tú, porque nadie va a existir por ti.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Fuerza

No sé qué escribir.
Es más, mi mente está como apagada, como adormecida por el sueño que me falta desde anoche.

Estos días he podido pensar en mí, sólo en mí y ha sido gratificante pero, a veces doloroso.

Hoy puedo declarar y declaro que me he hecho a la idea de estar sola, de convivir conmigo misma y de compartir mi vida conmigo y con nadie más. De levantarme todas las mañanas y sólo estar yo frente al mundo.
El resto del mundo es feliz, comparte su vida ¿y qué? Realmente siempre he sido un ser solitario, no entiendo el agobio de por qué he de encontrar a nadie. Mi vida no es dura, mi vida no es difícil, pero yo misma me la hago difícil.

No tengo fuerza de voluntad y si la tengo no sé dónde la he metido, pero quiero intentar encontrarla pues ahora, más que nunca me hace falta para no caer de nuevo en la oscuridad que me acecha a la espalda. Que me pesa en el alma y me agarrota el corazón.

Estoy cansada, estoy cansada, quiero dormir y no despertar hasta mañana. Ser una misma conmigo y no volver a preocuparme por lo que viene, por lo que tengo o por lo que ha de venir.

No me he rendido, simplemente, me he hecho un poquito más fuerte. Por lo demás el miedo sigue ahí, el miedo por todo, el miedo a hacerlo mal a no llegar a donde debo, el miedo a tropezar, caer y no poder levantarme yo sola. El miedo a que no haya una mano que se me tienda para poder ponerme de nuevo en pie.
Sigo teniendo miedo, pero al menos ahora sé que, la mayoría de veces tendré que hacerlo sola y la fuerza para eso, la voy consiguiendo poco a poco. Solo espero que todo esto no se desvanezca como la idea de hacer más deporte, comer mejor o cuidarme más.
Sólo espero que esta estrella no se apague y que atraiga a las demás que hay en su alrededor.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Te quiero

Una ligera musa ha pasado por delante de mis narices.
Los ojos medio cerrados pues tengo sueño atrasado.
El alma rota en mil pedazos y sin ganas de volver a armarse.
El corazón atrofiado y la sangre apenas recorre mi cuerpo, tengo frío.

Las lágrimas han resbalado ya, mis ojos están secos, pero con ganas de más lágrimas.
Mi mente no deja de darle vueltas a la misma idea, a la misma cosa, a la misma situación...
Una cosa que no encuentro y que ni siquiera sé por dónde empezar a buscar. Cuando pienso que ya te he encontrado tú vas y te marchas, simplemente por no haber aparecido antes.
Tengo la buena costumbre de ser puntual, excepto para esto.

Me noto el cuerpo cansado, no sé si es el sueño o la manía de pensarlo todo una y otra y otra vez. Como cada noche, en la que me duermo pensando cómo son tus besos, tus abrazos o nuestros momentos a solas. No tienes cara, ni nombre, ni existes...pero me haces feliz sólo de pensarte...¿es triste? ¿Es triste evadirse con los ojos cerrados del resto del mundo para dejar de vivir en una realidad cargada de dolor en el corazón? Entonces seré la más triste del mundo...

Pero no pido tanto...sólo pido una princesa a la que regalarle mi tiempo y mi ser...
Sólo pido una princesa a la que decirle te quiero todas las noches antes de acostarme y regalarle todas las mañanas el beso más dulce. Mis palabras estarían de más cuando la mirase, pero me daría igual porque la miraría y no necesitaría decir nada...

Yo sé que te quiero antes de que hayas aparecido. Sólo necesito tenerte delante para decírtelo.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Fuegos artificiales

Y empezó el espectáculo.

Miles de luces de colores cruzaban el cielo nocturno, dejaban la luz de las estrellas en un segundo plano y volaban cielo arriba para poder alcanzar la luna y jugar bajo su luz plateada.
Las luces rojas iluminaban los ojos de los miraban impávidos el espectáculo y los amarillos cegaban la noche.

El sonido ensordecía los oídos de los que estábamos de pie. Los colores se sucedían unos tras otros, amarillo, rojo, verde, azul, dorado...un dorado tan increíblemente bonito, abundante y sutil que el cielo tuvo varios millones más de estrellas durante un segundo. La explosión del oro en el cielo enriqueció mi sentimiento de pequeñez, el ruido ensordecía mis pensamientos por una vez y me dejaba sentir de verdad el momento un momento en el que no existía nada más que mi corazón, mis labios, mi alma. Un momento en el que sí, tú estabas allí, pero no existías. Compartías mi espacio, mi aire, pero ni tú ni nadie existía en ese momento, sólo yo y un pensamiento, sólo yo y un sentimiento.
Los colores seguían iluminando la noche, los colores seguían cambiando el color de una noche monótona; la última noche. Porque, quizás, después de esta noche, ya no te vuelva a ver nunca más.


El sonido se hacía cada vez más fuerte, los colores eran cada vez más rápidos, el corazón me palpitaba en el pecho y mi alma temblaba de miedo, de emoción. Mis ojos no podían apartar la mirada y se fundían en el ruido y en el color del cielo que, a través del humo seguía estando allí. El olor a pólvora quemada, el olor a frío, a fin de fiestas.

Y de repente, miles de sonidos se hicieron uno y terminaron en una gran palmera y en dos avisos.
Pero ahí no termina el espectáculo nocturno. No, no termina aquí porque, durante veinte minutos la luna llena había estado observándolo todo desde su trono de estrellas y nos deleitó con su propio espectáculo, nos recordó por qué es ella la reina de la noche...
La luna, en su trono de estrellas, sacrificó a una de sus hijas para que yo, perdida en la oscuridad desde hace tiempo, viese por fin un resquicio de luz y así, como si nada, dejo caer una lágrima fugaz, una estrella fugaz pero a la vez lenta, sutil, delicada y elegante. Una estrella fugaz que cruzó el cielo bajo la luna llena y me trajo la esperanza de nuevo a mi alma.

Una estrella fugaz que espero no olvidar porque pude verla desde su nacimiento hasta su muerte en el cielo. Una estrella fugaz que espero que cumpla mi deseo y me devuelva la vida que perdí entre lágrimas.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Alcohol

Besos rápidos junto al corazón.
Ensordeciendo los oídos, el humo se colaba en los pulmones y supuraba palabras indigentes en un mar de alcohol.

Los focos bailaban a la vez que tus caderas en la oscuridad y un mareo en mi cabeza me hizo perderme entre tus labios. Busqué en mis lagunas y no encontré una respuesta clara, sólo la necesidad de más besos y no di con ellos.

Te vi sin más, sonreí por dentro, te miré sin quererlo y me perdí en una mirada fugaz e imposible.
Otra laguna más y tú te encuentras en ella, un por qué sin respuesta y una pregunta más a mi alma que no deja de darle vueltas y vueltas sin comprensión.
Mas tú en tu nube de alcohol y yo en mi laguna de vodka he perdido la noción del tiempo para encontrar un momento en el que buscarme a mí misma y perderme en el fondo de mi mente.

No eres más que un beso más en mis labios y una chispa que no ha llegado a ser nada.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Un sentimiento.

En el compendio del pensamiento y la razón un sentimiento hacía su viaje hasta el corazón.
Seguía los pasos de un rastro que había visto hacía mucho tiempo, latiendo por allí.

Nadie sabía qué era, ni quién era ni siquiera sabían si era de verdad, pero allí estaba.

Era una sonrisa, era una mirada, unas manos y un beso que jamás olvidó.

El sentimiento se olvidó de lo que era y se convirtió en una sensación más y nunca dejó que el corazón recibiera la información para que volviese a sentir lo que una vez vivió. Un amor increíble y verdadero...dos sonrisas, dos mujeres, dos miradas...¿qué elegirá?



PD. Esto es sólo lo que puedo escribir últimamente. Son las fiestas patronales en mi ciudad y mis neuronas no pueden pensar más que en comer, dormir y salir de fiesta. Espero no haberos decepcionado y que sigáis visitándome próximamente :)

martes, 1 de noviembre de 2011

Un momento

Tomó su mano. Y dejó que la brisa acariciara las mejillas de su amada, dejó que las lágrimas fuesen secadas con la suave brisa que a las dos despeinaba.

Tomó su cara entre sus manos, se acercaron despacio. La poesía del momento se mezclaba con el almizcle de la colonia, se mezclaba con el olor a lluvia, a tormenta. Sus ojos se clavaban en una mirada de felicidad. Las hojas volaban alrededor suya, como un torbellino acompañado de palabras sueltas de amor que intentaban provocar una sonrisa que quedase grabada en la memoria para cuando, en las noches más oscuras se sintiese perdida, tuviese una estrella con la que guiarse.

Se acercó lentamente a sus labios, pronunció dos palabras que provocaron un llanto certero en el alma de un corazón. Pronunció esas palabras tan cerca de los labios de su amor que éstos se rozaron por un momento y ese momento, pasó a la historia. Se rozaron tan dulce y suavemente que no supieron si eso fue un beso o un suspiro. Se rozaron tan despacio que pararon el tiempo. Las distancias se acercaron, los corazones se unieron y las almas al fin pudieron fundirse en una para el resto de la eternidad.
Pues dos almas unidas en una es como una estrella fundiéndose con la Luna, lo más bello que jamás puedas imaginar.

En un parque, entre árboles caducos, las hojas volaban por el suelo...pero ellas, ya no sabían lo que había a su alrededor, pues el sabor de sus besos, el sonido de los mismos, no dejaban que nada más las interrumpiese pues, jamás hubo en el mundo un beso tan largo, tan dulce y tan especial como ese. Pues jamás hubo en el mundo otro momento como ése...

sábado, 29 de octubre de 2011

Lisette Model


Tercera y última foto de Lisette Model :)


Me había citado por primera vez con aquella mujer que sin querer me escribió. Hizo llegar su nota por debajo de mi puerta y me dejó su dirección. Cinco o seis cartas después se dio cuenta de que no era yo al que buscaba, pero aún así nos seguimos escribiendo.

Ella era de algún lugar lejano. No sabía cómo, dónde, ni cuándo, apareció aquella nota bajo mi puerta, pero doy gracias al cielo de que aquello ocurriese.

Ella vendría con un vestido blanco con puntitos negros y un clavel rojo en la oreja, sujetando su pelo. Yo iría con traje, corbata y boina. Una boina que me regaló mi padre antes de ir a la guerra.

Estaba nervioso, había llegado una hora y media antes y ya no sabía qué hacer, estaba desmenuzando el billete del autobús y ya llevaba unos cuatro cafés. El corazón me iba a mil y cada vez que miraba la hora el reloj parecía atrasarse en vez de adelantar el tiempo. Tenía el estómago cerrado. Leía y releía la carta en la que ella me citaba y me describía con detalle su vestido para que no la confundiera con otra, pues no habría otra para mí. Era ella, sí o sí.

Las sillas del café eran cuanto menos incómodas. El relleno de los asientos hacía mucho que había muerto y viajado a mejor vida, por lo que mi trasero estaba totalmente inquieto. Mis músculos se tensaron cuando, entre el gentío que había frente a la puerta vislumbré un suave y ligero vestido de tela blanca y con puntos negros. Mis ojos se engrandecieron cuando ese vestido lo vi acompañado de unos preciosos zapatos de tacón. La gente dejó pasar a semejante ángel que entró por la puerta...

Su piel negra contrastaba con el blanco de la tela, el clavel rojo descansaba sobre su oreja izquierda y sus manos sujetaban nerviosas su bolso. Se acercó a mí, la miré de arriba abajo, ambos nos miramos con sorpresa, yo blanco, ella negra, pero sonrió y el resto del mundo y sus miradas desaparecieron pues quien tenía delante era una estrella personificada en una sonrisa tan dulce que no pude dejar escapar.

Y aquella misma noche, le pedí que se casara conmigo.

jueves, 27 de octubre de 2011

Lisette Model


Después de un breve, pero merecido, paréntesis, vuelvo con el ciclo Lisette Model. Espero poder ponerme en los próximos días con Weegee que ya pronto terminaré este ciclo ¡y aún no he preparado nada! Espero que os guste, aunque este vaya a ser distinto de todos los demás ;)


Había una vez una mujer a una cámara pegada.

No sabía mirar sin ella,

porque sin ella, no encontraba nada.


Mas un espejo la miraba

y su corazón al verlo de angustia temblaba.

Aquella mujer de pelo cano

y piel arrugada

no era ella, sino su gemela malvada.


Años y años estuvo mirando a través de un objetivo

y jamás se paró un minuto a encontrarse consigo.

Su vida, carrete tras carrete,

se había ido.


No había manera para aquella mujer

de volver al principio

y ser niña otra vez.


Abrió sus brazos en la noche.

Tiró la cámara al vacío.

Suspiró,

y como caballo que lleva el viento,

resurgió de sus cenizas el bello ser que llevaba dentro.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Metamorfosis

Quiero hablar de la metamorfosis del alma.
De la metamorfosis que sufrimos durante nuestras vidas, ésa que nos hace cambiar cuando llegamos a un tope. Una metamorfosis que nos hace cambiar radicalmente. Una metamorfosis que nos conlleva el perder a muchos y ganar a otros.

A lo largo de mi vida he sufrido metamorfosis sin siquiera darme cuenta. Mi cuerpo ha cambiado, mi pensamiento ha evolucionado, mi alma se renueva de vez en cuando y mi corazón...bueno, mi corazón sigue siendo pequeño, sigue atrofiado. Ya lo tengo aceptado.

¿Qué hemos de sentir cuando necesitamos cambiar?
En mi espalda noto las ganas de que salgan mis alas y de salir volando. Mi alma dice ''¡Corre! ¡Ve! ¡Vuela libre!'' pero mi corazón no; mi corazón me grita que me quede, con la poca fuerza que tiene late aprisa para que cuanto más me aleje de todo, más quiera quedarme. Me engaña. Me engaña y yo no sé cómo hablarle para que me deje seguir caminando.

No sé qué esperar de esta vida. Siento que va a ocurrir algo grande, algo gordo, algo que cambiará mi mundo tal y como lo conozco. Pero me da miedo saber qué es, porque aunque espero que sea ese amor que tanto y tanto deseo, se acabará convirtiendo en una gran masa de soledad y anhelo, una masa que me perseguirá y en la que me hundiré sin salvavidas alguno...

¿Veis? La vida es un regalo, pero no los pequeños juicios que se hacen a través de ella.
Yo he tropezado varia veces, estas últimas semanas quiero borrarlas de mi memoria porque, aunque han habido peores, han sido malas. Porque he tropezado tantas veces que ya las manos me sangran de apoyarme en el suelo. He actuado de mala manera y he sufrido en gran parte esas palabras.
Siento que mi cuerpo se desvanece con el paso del tiempo, que día tras día la gente me demuestra que le importo, pero siento que no correspondo a nadie como es debido, aunque yo lo desee con toda mi alma. Mi alma no responde, está dormida, está centrada en otros problemas.

O quizás sea yo, que no siento igual que los demás. Que soy especial a la hora de sentir y cuando hablo, nadie me escucha, nadie me entiende...o quizás, mi subconsciente hace que no quiera que me entiendan. Me siento cohibida, rota y olvidada, supongo que un poco de cariño de vez en cuando ayudaría. Pero ahora mismo me siento olvidada debajo de mis sábanas y nadie pregunta por mí.
Quizás sea cosa de mi alma o del pequeño quiste llamado corazón.

Serán las nubes de lluvia, el síndrome pre-menstrual atrasado o seré yo que no me entiendo, pero lo que sí sé es que llevo dos meses sintiendo que no soy yo, que mis actos no son correctos y que no puedo pararlo. Siento que tengo miedo de lo que estoy sintiendo y haciendo, tengo miedo de hacer más daño, tengo miedo de dejar de ser yo misma...y sobre todo, siento que no puedo parar. Que se muere una parte de mi cuando no sé qué digo y lo digo. Siento que me asusto cuando olvido las cosas que no siento importantes y en realidad lo eran. Siento que mi cuerpo no es el mío y que...podría olvidarlo en un andén como se olvida una chaqueta antes de subir al tren.

Sólo sé con certeza...que me gustaría poder dormir hasta que mi nuevo yo salga a la luz. Hasta que mude mi piel, mi alma, y por qué no, mi corazón.

martes, 25 de octubre de 2011

Lisette Model


Empezamos con el ciclo Lisette Model. Serán otras tres fotos con otras tres historias distintas. Espero que os guste tanto como el ciclo de Diane Arbus!


Los pasos ajetreados de la gente de la ciudad sonaban como los cascos de los caballos en una carrera. Sus pies tocaban el suelo, aprisionaban el sonido y lo dejaba salir en forma de carcajada, de grito o de banal conversación.

Las personas, como hormigas, viajaban rápido, cruzando calles sin mirar, entre los coches o entrando en los edificios que tocaba para volver día tras día a su monótono trabajo.


Pero no todos dejaban abandonados los días uno tras uno. En la ciudad que nunca duerme, en la ciudad en la que las luces no se apagan, pues cuando se esconde el sol se encienden los neones y cuando éstos se apagan el astro rey se despierta, hay una persona cuya vida apenas le importa a unos pocos y cuya muerte, si eso ocurriera, no le importaría a nadie, pues nadie la recordaría.


Ese extraño ser, llamado vulgarmente Pobreza, acecha en cada esquina de cada calle intentando llevarnos a los más oscuros reinos. Ropa rasgada, mal olor, durmiendo entre cartones, corazones deshilachados, almas rotas y lágrimas que se secan con el contacto de la piel sucia. Un recuerdo es lo único que te mantiene vivo mientras intentas sobrevivir una fría noche más vigilando de que nadie te intente robar lo poco que tienes, de que nadie te mate por envidia o estando alerta para no morir congelado y ser pasto de las ratas y de los gatos que, minuto a minuto te miran imaginando que eres un plato de comida caliente y abundante. Comerán hasta hartarse.

Culpas a tu desquiciada mente que te habla. Culpas a tu mujer, a tu marido, a tus hijos, a tu familia, te culpas a ti mismo...culpas a todos los que pasan a tu alrededor y no te miran. Culpas a los que te miran y lo hacen con desprecio. Culpas al presidente por dejarte morir en la calle. Culpas a todo lo culpable, esa piedra, esa nube o ese pájaro que volaba sobre tu cabeza.

Y con un grito de esperanza en los ojos y exhausto te tumbas en el suelo, sobre tus cartones, junto a esa tienda en donde venden cosas que brillan...y mientras lo único que ves son las pisadas de los demás, las prisas y sus vidas, tú cierras los ojos...pero no volver a abrirlos nunca más.

lunes, 24 de octubre de 2011

Diane Arbus


Seguimos con el ciclo 'Diane Arbus' y 'Fotografía con historia'. Esta es la tercera y última de la serie de Diane Arbus. Mañana empezaré con Lisette Model y sus tres fotos correspondientes. ¡No os olvidéis de comentar!

Lidia y Eleanora eran amigas desde bien pequeñitas. Nunca entendieron por qué la gente se apartaba y cuchicheaba al mirarlas, se ponían tristes e iban llorando a sus madres preocupadas. Éstas, que también se conocían de tiempo atrás, siempre les contestaban lo mismo ''si la gente no puede miraros el alma cuando os ve sonreír es que son ciegos de nacimiento''.

Lidia y Eleanora siempre iban juntas a todos los sitios, les gustaba tomar el té en el jardín, un día en casa de Lidia y otro día en casa de Eleanora. Siempre acompañado de pastas y sus mejores amigos, Benny el oso y Mara la jirafa.

Lidia y Eleanora se hicieron mayores, crecieron juntas frente a las adversidades de la sociedad que intentaba apartarlas de toda la realidad, pero ellas lucharon y salían de paseo día tras día. Acompañaban a sus madres a hacer recados y bailaban en los bailes del pueblo. Al fin y al cabo eran las únicas capaces de sonreír cuando estaban felices, capaces de sacar una sonrisa a aquellos que sólo encontraban lágrimas. Eran pura luz y sinceridad. Eran alma y eran corazón.

Si había algo que les gustase más que sonreír era hacer fotos. Miles de fotos llenaban sus paredes, miles de personas las miraban sonriendo, miles de paisajes iluminaban sus pequeños corazoncitos.

Pero si había una foto que ambas guardaban con especial cariño era una foto en la que las dos vistieron falda, vistieron sus mejores sonrisas y sus mejores tocados. Vistieron su mirada más sincera y verdadera y salieron a bailar. Sus madres hacían años que habían muerto pero ellas jamás se asustaron pues mientras se tuvieran la una a la otra nunca se perderían.

Aquella noche bailaron como nadie, disfrutaron de las luces de colores y de la música y tras aquella noche de felicidad pidieron que les hicieran una foto para inmortalizar aquel momento. Esa foto adorna cada rincón de la casa que comparten; no tienen fotos de boda, ni fotos de familia, no tienen hijos, y apenas tienen amigos. No tienen suegros ni cuñados, pero no les hace falta, pues tienen amistad y es tan fuerte que ni la muerte podría separarlas.

Lidia y Eleanora son dos personas pero comparten una misma alma, un mismo corazón y un mismo sentimiento.

Amistad.

domingo, 23 de octubre de 2011

Diane Arbus


Seguimos con las foto con historia. Seguimos con Diane Arbus. Esta es la segunda fotos de tres en total. Espero que os guste.

Corría por las calles vacías de la ciudad. Sudaba y respiraba con dificultad, el aire no le llegaba a los pulmones, los nervios le podían y no sabía si aguantaría mucho más.

Corrió calle, abajo evitó un callejón lleno de aquellos seres; ''¿de dónde han salido?'' no dejaba de preguntarse.

Aquellos seres habían aparecido de la nada, habían destruído todo cuando conocía, su familia, su hermana, su ciudad...apenas se podía reconocer lo que algún día fue. Como único recuerdo llevaba el bate de béisbol que le regaló su padre al cumplir los seis años, se había empeñado tanto en tener uno que a su padre no le importó gastarse el dineral que se gastó sólo por ver su cara de felicidad al desenvolver aquel trozo de madera.

El extremo de aquel bate goteaba sangre por encima de la sangre ya coagulada. Recuperó el aire durante un par de minutos y veía al fondo una marabunta de aquellos muertos vivientes. La radio lo había anunciado varios días atrás, pero nadie hice caso, como de costumbre.

Siguió su camino y al ver que se acercaban más y más, decidió seguir un poco más allá del colegio donde se encontraba la policía. Al llegar vio un furgón lleno de policías que gritaron que corriera más rápido que estaban a punto de alcanzarlo. Con un último esfuerzo llegó a la parte traserá del furgón y subió, bate de béisbol en mano.

Atrás dejaba aquella ciudad maldita, el recuerdo de tiempos mejores y a aquel ser muerto o vivo o dios sabe qué, que se parecía a su hermana y que, con la mandíbula desencajada y el paso cojo, intentaba alcanzarlos.


viernes, 21 de octubre de 2011

Diane Arbus


Este año, el primer trabajo que me han encargado es, que cojamos 10 fotos de tres fotógrafos distintos y que escribamos algo que nos diga esa foto, ya sea una historia corta, un comentario o un 'tweet'. Por ello, he decidido compartirlo con vosotros :)
Seáis muchos o pocos, dejéis huella o no. Pero definitivamente ¿con quién mejor si no? Os dejo la primera foto (de tres), es de la fotógrafa Diane Arbus y nada, espero que os guste.

Su casa olía a basura y a deshecho. Sus manos olían a lejía y a otros productos químicos. Su nariz ya no olía lo que a su alrededor había.

La luz entraba por los resquicios de la suciedad de las ventanas. Jeringuillas rotas, una copa vacía, seis botellas de cerveza desparramadas alrededor del cubo de basura que supuraba moscas. Su cama era un colchón en el suelo; sus amantes eran las drogas que noche tras noche recorren sus venas llegan hasta lo más hondo de su cerebro y tiñéndole el alma de sensaciones únicas que repetía y repetía hasta que los vómitos la hacían despertarse de sobresalto por las mañanas.

Cegada por el sol del mediodía, Celine se levantaba a duras penas del colchón, a veces sola, a veces acompañada por alguien que ni siquiera conocía. Llegaba al baño y se tomaba seis aspirinas y dos pastillas anticonceptivas 'por si acaso', pensaba siempre. Se miraba a la cara en el espejo, pero Celine ya no se reconocía, no era ella, había dejado de ser ella misma mucho tiempo atrás.
Su pelo ya no era aquella melena rubia que le recorría la espalda cuando era una niña, ya no tenía mirada feliz; tenía mirada de adulta. Pero, mirando en lo más hondo de su propia mirada, aún podía ver a aquella pequeña de rizos de oro que conquistó el mundo una vez y que, ahora, sobre las estrechas paredes de su piso, una fotógrafa la está retratando para quedar inmortalizada en la memoria, una vez más.

Porque al fin y al cabo la memoria es eso, una fotografía.

jueves, 20 de octubre de 2011

Lo que un hueso

Ahora pesa lo que un hueso de cereza.
Mi vida flota sobre las demás, viajando entre las nubes de un cielo azul radiante. Anestesié al corazón y estoy volando sin la preocupación de poder caer al vacío y morir. Busqué un sentimiento y encontré un alivio.

Notas que aún recuerdo suenan en mis oídos cargadas de grandes recuerdos de un primer amor. Mi sonrisa se implanta en la cara, no la puedo esconder. Mis labios cantan las letras sin poder pararlos, son palabras a veces sin sentido pero es que no hay que escuchar lo que dice, sino lo que no dice.

Leer entre líneas ¿es tan difícil? Para la gente normal sí...

He ahogado mis penas en un vaso de trina de mandarina y he disfrutado bebiéndomelas. Ahora sólo me falta una sonrisa, la tuya quizás, para que me ilumine los escalones que tengo que ir subiendo hasta llegar a mi recompensa.

Pero antes, dormiré plácidamente entre mis sábanas, abrazada a un peluche y soñando con Utopías olvidadas en mi subconsciente. Únete y ayúdame a despertar junto a ti.

lunes, 17 de octubre de 2011

Extraño

Hoy el día se oscurece por momentos, como mi alma frente a esta soledad helada que me oprime el alma y me rompe el corazón.
Suspiro porque quiero algo, porque necesito de eso y porque quiero lo que tienen los demás. Tu vida, mi vida, la vida de los otros ¿qué es lo que me espera a mí?

He intentado buscar dentro de mí, pero todo está como mi habitación, desordenado. Tengo la cabeza en los pies y el alma perdida en mi bolsillo. Tengo tu imagen en mi cabeza pero, ¿existes? Sí, existes, tienes que existir. Semejante persona tiene que existir, sino, ¿de qué me ha servido escribirte tanto y llorarte tanto?
Llorar a un ser invisible...o quizá no, no lo sé.

Hoy el día se nubla. Hoy el sol no sonríe. Hoy la luna quizás no salga a jugar. Por ello deseo encontrarte para que, en días como hoy, tu sonrisa sea la luz que me guíe, para que bajo la lluvia pueda besarte, para que, al final de todo, seas tú y no otra la que se lleve mi corazón a su cama y duerma a su lado la noche entera.
Sé que estás ahí, sé que existes, te siento, pero...¿dónde te escondes?

domingo, 16 de octubre de 2011

Estrella

Esa inseguridad que da imaginar su pelo acariciando tu cuerpo. Esa inseguridad que te da imaginar unos besos que aún no han llegado a tu alma pero que imaginas e imaginas intentando que sean reales.
Ese deseo de poder por fin abrazar un corazón afín al tuyo. El deseo de poder escribir su nombre con las yemas de tus dedos sobre el cristal empañado por el frío de fuera, un deseo infantil pero que reconforta tanto...

Mas en la oscura inopia del sentimiento del ser humano no he encontrado aún un ser capaz de seguir una a una todas mis palabras sin necesitar más para poder explicarme. Mis palabras, susurros callados en un vacío inexistente que intentan llegar a tu oído mientras duermes tranquila en tu cama. Un deseo, una vida, un beso, una flor, un corazón, un alma, una llama, una chispa, una palabra...
Palabras palabras, ¿dónde os escondéis cuando me atrevo a utilizar mi voz y no mis dedos? ¿Dónde os dejo? ¿Os olvidáis de repente de cómo salir al exterior?
Mi castillo está hecho de ladrillos de deseo, mi muralla es una neblina inocua para los malignos que me atacan desde la espesura de un bosque cercano. Mi magia no los ahuyenta, ni siquiera mis lágrimas los ahogan en dolor.

Pero hay una luz, una luz tras todas esas nubes oscuras del cielo. Una luz, es ella, la luna con las estrellas. Y tu sonrisa...tu sonrisa es el resultado de eones de súplicas de la luna al sol para que una sola estrella pudiese vivir en la tierra. Tu sonrisa tiene el brillo de esa estrella y la calidez de la noche oscura. Tu sonrisa es la única medicina contra mi dolor, pero hasta que no te encuentre, hasta que no sea capaz de materializarte ante mí no cesaré en mi empeño de mantener este castillo completo piedra a piedra, hasta que llegues.

Una estrella convertida en sonrisa caminando por la calle buscando entre la gente una persona afín que comprenda su alma. Una estrella esperando a ser descubierta, una estrella...latente en la tierra.

martes, 11 de octubre de 2011

Alcohol

Arcadas somnolientas me despiertan del sueño eterno de mi razón y mi esperanza. Me busco entre las sábanas blancas que he escondido en lo más hondo de un cajón oscuro para jamás encontrar la luz que mengua mi oscuridad interna. Una oscuridad que me hace caminar con paso dubitativo cuando salgo a la calle a encontrarme con la humanidad que mira mis ropas y mis ojos como si no fuese de este mundo, de este planeta.
Una extraterrestre perdida en un universo nada paralelo, un camino perdido entre tu puente y el mío. Un puente invisible como las teclas del piano olvidado que suena en el piso de arriba cuando intento dormir.
Duermo para soñarte, para soñar tu cuerpo enroscado al mío, a la luz de la tenue luna y al orgasmo silencioso de una noche apasionada.

Acaricio las nubes que velan de que el mar no se salga de su sitio y las moldeo con mi imaginación para formar tu cara, tu cuello, tu pelo y tus manos. Formo figuras oníricas que vienen de una utopía de color morado en la que la mujer es la reina de todo y el hombre queda en lo más bajo de la cadena. Ese mundo que sólo existe en mi cabeza, que día tras día piensa y piensa y no llega a ningún sitio.

Mas suspiro y no te encuentro. Mas respiro y ahí estás amor eterno, apunto de alcanzarte.
Y de repente despierto de una pesadilla provocada por el alcohol y las drogas y sigo sin tenerte, una lágrima o una gota de sudor recorre mi cara. Entierro mi cara en mis manos y entonces se cuela un rayo de sol que ilumina mi pecho, a la altura del corazón.

sábado, 8 de octubre de 2011

Piano

Al final del pasillo se escuchaban las notas de un piano que no cesaba en su música.

Los cuadros llenaban las paredes, la moqueta cubría el suelo de láminas de madera, protegiéndolo del tiempo y de las cicatrices.
El viejo pianista tocaba con sus viejas manos el viejo piano. Las viejas teclas de marfil, amarillentas por el paso del tiempo, aún sonaban como el primer día. Nota tras nota retumbaba en toda la estancia haciendo la esencia de aquel lugar un poco menos dura. Un poco menos pesada.
La ligereza del sonido viajaba por todas las partículas de aire que vivía dentro de aquella habitación; las notas olvidadas fallaban entre tecla y tecla y las cuerdas, golpeadas, ya no eran las mismas.
Pero seguía siendo el mismo sentimiento. Era la misma alma la que tocaba día tras día hasta caer exhausto sobre la cama y soñaba, soñaba que aquel piano volvía su ser, soñaba que su piel volvía a ser tersa, como la de un niño.
Entonces despertaba y recordaba lo que un día fue, el mejor pianista del mundo, ahora olvidado en una vieja mansión alejada de toda civilización. Recordaba los aplausos, el calor, las salas abarrotadas...lo recordaba, pero jamás lo recordó feliz pues no es más feliz el que más tiene sino el que es feliz con poco.
Nunca tocó aquellas teclas por dinero, era su musa, la más bella musa jamás nacida. La musa de tez blanca y cabellos rojizos lo miraba actuación tras actuación con sus ojos verdes para infundirle la seguridad necesaria para salir y deleitar al mundo con sus notas.

Esa musa fue la que se lo llevó. Esa musa fue la que acalló aquel piano, la que le dio la vida eterna. Aquella musa le concedió el deseo de volver a ser joven y vivir la eternidad junto a ella.
La música era su vida y el piano, la musa materializada en arte.

viernes, 7 de octubre de 2011

Campanadas

Sobre las cristalinas aguas de un pequeño lago, su cuerpo flotaba.
Las estrellas se acicalaban en el reflejo de éste y acariciaban con su tenue luz la piel blanca de aquella que viajaba a través de sus pensamientos, por el tiempo y por el alma.
A través de un muro de plata que escondía sus más sinceras palabras al mundo, ella callaba con sus labios cosidos pues su mirada era el único modo de comunicarse.
Sus ojos pedían auxilio, socorro, una mano que la sacara de aquella gélida agua y la curase con un simple abrazo, una caricia o un beso en los labios. Una persona que le devolviese el calor y las ganas de vivir, que le diera una razón por la cual día tras día ir quitándose los puntos de sus labios y poco a poco ir recuperando el alma.

La catarata que llenaba el lago no cesaba en su rezo y el murmullo del agua hizo que ella se durmiera entre sus ropas mojadas. Su vestido de gasa flotaba por el agua como si de su pelo se tratase y su piel, ahora morada, había dejado paso a las cicatrices.
La luna lloró, dejó caer una lágrima sobre la tierra y entre sus plateados rayos acogió a aquella chica con rasgos de muñeca para que durmiese eternamente en el cielo nocturno junto a sus hermanas estrellas.

Y de repente, como si estuviese planeado, la lluvia comenzó a mojar todo el suelo del bosque, las niebla se intensificó, los relámpagos iluminaban la triste y oscura noche y a lo lejos, el campanario anunciaba otra muerte más. Otro corazón rasgado, parado, olvidado. Mal de amores. Mal de un cuerpo que no ha soportado el paso de los días, que ha rechazado la soledad.
Mas ella ahora sonríe feliz por formar parte de tan increíble espectáculo y cada noche, junto a su madre luna, ilumina el cielo por el que muchos suspiran día tras día.

jueves, 6 de octubre de 2011

Bailarina

Sonaba la cajita de música mientras la bailarina bailaba sobre la mesa de cristal.
Sus alas, rotas por el frío, se movían al son, intentando hacer que ella volara sobre el frío hielo. Mas su vestido, raído por las ramas secas y muertas dejaba al descubierto su piel blanca.
Sus medias, sus zapatitos, todo había quedado destruído por el frío.
El frío que inundaba su pequeño corazón atrofiada, su pequeño corazón olvidado en lo más alto de una montaña. Allí ella bailaba y bailaba hasta que salía el sol...que nunca salía.

Sobre aquella mesa de cristal se grababan las mismas notas de piano rasgado. Notas que no llegaban a oídos de nadie, que se perdían entre las nubes grises, entre los copos de nieve, entre las lágrimas congeladas.
Sentimientos que caían sobre el suelo, que se los llevaba el viento, atados a un pequeño globo blanco que volaba y volaba y jamás se supo más de aquel globo...

Y aquella bailarina, bailaba su vals, sola, olvidada en algún rincón de alguna montaña perdida entre las nubes y la nieve. Esperaba un rayo de sol, un rayo de luna, algún rayo que pudiese despertar su interior y salir huyendo y luchar.
El piano cesó en su música y ella cesó en su baile. La nieve dejó de caer y se hizo el silencio, al fin.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Fuegos Fatuos

Los fuego fatuos volaban sobre la estepa nevada como estrellas fugaces. Viajaban por la solitaria noche buscando un sitio donde morir, un bosque, un alma, un cuerpo.

Pero no encontraban más que soledad. Su corta vida se convertía en arte inmortalizado por una cámara de fotos, sin ellos saberlo permanecerían retratados eternamente y colgado en la pared de algún mueso muy lejos de allí.

Otro fuego fatuo viajó desde una punta del lago a otra, casi caminó sobre el agua y fue a morir a los pies de un árbol recién nacido. Aquel árbol creció grande y fuerte, convirtiéndose mucho más tarde en el árbol más viejo del bosque.


Y lejos, muy lejos de allí, una chica estaba tumbada sobre su cama, pensando en su corazón, pensando en su amor, que llevaba mucho tiempo perdido y que no encontraba. Miraba el techo a oscuras, pensaba en ella...en su pelo, en sus ojos, en su sonrisa, en sus manos. La imaginaba durmiendo junto a ella. Hacía dos meses que no podía dormir si no pensaba en ella. La esperanza se desvanecía por momentos al igual que vaho en invierno. Sus lágrimas atravesaban su cara mientras escuchaba aquella canción...
Un fuego fatuo se coló por la ventana, se acomodó en su pecho y le dio una descarga. La chica se sobresaltó y dejó de llorar...en su pecho una herida, tocó con su mano y le faltaba parte de su corazón. El pequeño fuego fatuo había huído con la mitad de su corazón...
Seguía llorando esperando que la mitad de su corazón decansase con su amada y que aquello la hiciese juntarse con ella, una vez más.

domingo, 25 de septiembre de 2011

El sol de mi esperanza

Y tumbada sobre aquella roca se encontraba mi esperanza. Esperanza para una vida mejor, un sentimiento mutuo sin nombre, un beso más en la noche, sin despertar.

Sentada mirando al mar busqué la respuesta al por qué había sido yo la elegida para poder coger aquella mano sin miedo a caminar junto a ella. Con la salitre volando en el aire sus besos seguían siendo dulces como los del primer día. Su mirada, la mía, la nuestra, que se encontraban al descubierto.
El sol nos doraba la piel y las olas no cesaban en su canto, querían salirse del mar al igual que nuestras palabras querían salirse de lo más hondo de nuestra alma. He pensado en ello, he buscado una respuesta y sólo he encontrado tu nombre, escrito por todas partes.

No he perdido el rumbo, he encontrado mi norte. En sus ojos me pierdo y en sus besos me encuentro. Entre sus manos duermo y entre mis brazos, ella despierta.
La felicidad está a un tiro de piedra, la felicidad es de carne y hueso, es ella. Es mi vida. Soy yo.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Sueños

He soñado esta noche con un beso tuyo.
Un beso en mis labios que nos lleva por el camino de la locura apasionada haciéndonos partícipes de dos sentimientos mutuos. Una espiral de amor y pasión que nos hace fundirnos en nuestra cama, entre las sábanas blancas que nos esconden de las miradas furtivas de la sociedad.
Sobre el colchón te juro amor eterno. En la noche se muestra mi corazón tal y como es, tuyo. En la noche mis besos son más sinceros que nunca, son para ti.

Con la luz tenue de las estrellas sobre tu piel, dibujo lineas imaginarias que pasen por todos tus lunares, dibujo con mi dedo tus curvas, tus recovecos. Paseo mi dedo por tu piel, pues no hay mejor sensación que esa. Busco tus labios para darte un último beso detrás de otro, para no dormir porque el tiempo que paso dormida es tiempo que paso sin disfrutar de ti, aunque teniéndote a mi lado sigo pensando en ti hasta dormirme, sigo soñando contigo...y entonces me despierto y ahí estás. Desnuda, sólo iluminada por los rayos de sol que se adentran por las ventanas.

Tu espalda, tu tez blanca, sobre mi colchón, sobre las sábanas fuera de lugar. Más feliz que nunca, durmiendo, soñando, tranquila. Te despierto con un beso en tu espalda, te abrazo y te susurro al oído; "hoy van a cumplirse todos tus sueños", te digo. Entonces despiertas, sonríes, y me besas. "He soñado contigo" me confiesas.

Y ahora despierto de verdad...pero sigues ahí, dormida. Apenas te has movido. Te vuelvo a abrazar, como en el sueño y entonces me vuelvo a quedar dormida oliendo tu pelo.

Tú, tus besos, tu amor...llenan esta noche mi cama, mi habitación, mi todo. Llenas mi mundo y mi más sincera existencia. No quiero que jamás se acabe, no quiero despertar, quiero seguir soñando contigo y quiero poder besarte al despertar.

Mi vida, mi amor, mi luna...volveré a por ti, en sueños.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Y entonces encontraba tu sonrisa después de cada beso.
Una caricia tras cada palabra.
Tu nombre en el firmamento y una luz en mi alma.


lunes, 12 de septiembre de 2011

Nuestro mundo

Susurraba su nombre en mis sueños, entre mis sábanas. Veía su cara frente a mí, sus manos de agua resbalaban por mi piel y me acariciaba el cuerpo.

Nos fundimos en una. Una sola persona en un mismo espacio. Una sola estrella en un mismo cielo, que se divide en dos y ocupa tu corazón y el mío. Una luna, una estrella fugaz, un sol, un día y una noche.
Una sonrisa, un beso, una caricia y tú.
Una versión distorsionada de lo que es el amor puebla mi corazón, una visión extraña de lo que es el cariño me hace quedarme junto a ti. Busco tu sombra en la noche, aunque sé que no la encontraré ahí estará, cuidando de mí cuando no mire.
Tus ojos me miran desde el cielo para cuidar mi sueño, para que, cuando despierte tú seas mi primer pensamiento y mi día. Quieres que sea parte de tu vida, de tu camino, cogernos de la mano y buscar el final sin miedo a que al otro lado haya un precipicio.

Y allí, con los pies colgando del acantilado, veremos cómo sale y se pone el sol, pues en nuestro mundo sale y se pone por el mismo sitio; en nuestro mundo las estrellas atraviesan el cielo cuando nos besamos. En nuestro mundo, tú y yo jamás nos separamos.

Pero entonces despierto, despierto sin ti en mi cama. Contigo en mi corazón.
Abro los ojos, te veo a ti. Abro mi alma y tú entras.
Suena el timbre. Abro la puerta y ahí estás.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Ella

Era de noche. Noche cerrada.
Se encontraba ella perdida, con los ojos llenos de lágrimas, con la única esperanza de salir de aquel inmenso bosque.
La luna se dejaba ver tímidamente entre las copas de los árboles. Iluminaba más bien poco, pero a ella le bastaba para poder seguir caminando en línea recta, o eso pensaba.
Su ropa estaba hecha jirones, sus pantalones rotos, sus zapatillas empapadas, su camiseta roja sucia, sudada y rota. ¿Qué más le quedaba? Una imagen, un recuerdo.

Su aliento era escaso, se olvidaba de respirar y su corazón, de latir. Sus pulmones hiperventilaban oxígeno para poder dar un paso más hacia la salida, pero no llegaba, sus ojos no veían más allá e sus manos, sus manos no conseguían tocar nada, la luz era tenue, escasa. Y ella se mareaba.
Se desplomó en el suelo del bosque, entre hojas, malezas y piedras. Éstas rasgaron su piel y la hicieron sangrar. Su corazón se rompió. Mil pedazos de un corazón de cristal quedaron esparcidos por el suelo de aquel oscuro bosque.
Pero no sangró, no lloró, no derramó ni una sola lágrima.

Nadie la buscó nunca, nadie la encontró nunca, nadie preguntó por ella.

La pequeña allí terminó su vida, alzándose entre las ramas de los árboles más alto, haciéndose estrella, guiando los pasos de los perdidos en el bosque. Guiando los recuerdos a los corazones pertinentes. Guiando mis te quieros a tu oído, mis sonrisas a tu alma y mis palabras por tu cuerpo.

Ella murió porque yo hoy pudiese suspirar el amor que no ha llegado. Ella soy yo. Y mi corazón, el que late a destiempo.

Hoy

Hoy quiero escribir.
No sé por qué, no sé por quién, mejor dicho; pero me apetece. Siento esa necesidad de decir lo que hay dentro de mí, pero con palabras. Palabras a veces estúpidas o equivocadas. ¿Qué son las palabras si no hay una persona detrás que las diga, que las sienta, que las haga suyas?
Supongo que si no hay nada es como el aire, no lo vemos pero sabemos que está ahí.

He puesto mi cabecita loca a pensar, a darle vueltas a la vida y llevo así ya una semana. ¿Qué es la vida? Un privilegio, sí, pero, ¿qué sentido le damos a la existencia?
Hay pobreza, dolor, injusticia, asesinatos, fusilamientos, xenofobia, homofobia, machismo....eso sí, por cada cosa mala existe una cosa buena. O casi todo.

Nos pasamos la vida pensando en positivo, mirando ''el lado bueno de las cosas'' y ¿sabéis qué? Aunque yo siempre piense así, me canso, me canso de ver a gente que no se merece nada, tener todo lo que yo merecería. Me entristece sentirme tan pequeña en un mundo tan grande, me hacen sentirme pequeña aquellos seres que se creen superiores por ser más altos, más guapos o más ricos. Lo que no saben es, que, la altura, cuando estás bajo tierra, no cuenta. Que la belleza se marchita con el tiempo, que lo que queda es el corazón; y, sobre todo, no saben que el dinero tal como viene, se va.
No existe en el mundo una sola persona, una única persona que no le desee el mal a alguien alguna vez, que comparta todo lo que tiene sin importarle el resto. Nadie existe sólo para hacer el bien, porque de tanto bien, siempre habrá alguien que piense mal y que le odie. Hablo por experiencia.

Por eso, la vida es injusta o justa, es guapa o fea, es rica o pobre, pero la única excusa que tiene es que...así es la vida. Nunca tendrás nada como lo deseas.
Quieres ser rico, bien, serás rico, pero terminarás por no ser feliz porque la gente no te amará por tu persona, sino por tu dinero.
Quieres ligarte a alguien que sea precioso/a? Bien, lo harás, pero quizás te llene más aquella chica que se esconde detrás de los altavoces para no llamar la atención.
Quieres amistad, bien, la tendrás, pero...¿qué estás dispuesta a dejar atrás?

A veces no entiendo esta vida. Me resulta tan...estúpida. Pero aún así no quiero que termine jamás, quiero dejar huella en este planeta, en los corazones, en las mentes, en las almas. Tengo veintidós años y siento que no he hecho nada por el mundo. No he compartido nada de mi ser con el resto del mundo. ¡Ni siquiera puedo hacer que las visitas de mi blog suban sin ser yo la que entre! Y pensar que esto es lo que mejor se me da...

Hay algo que me inunda dentro, pero no sé lo qué es. Deseo carnal, sexo, dolor, arrepentimiento, dudas existenciales...

¿Dónde está mi amor? Me pregunto doce horas al día, mientras que las otras doce me las paso diciéndome a mí misma que todo está bien, que no hace falta el amor para vivir. Pero sí hace falta cuando todo a tu alrededor es amor y tú te sientes perdida, como Caperucita Roja en el bosque. Cuando sientes que no puedes más, tu vida se hace distinta sin darte cuenta y acabas pensando en lo único que deseas más que nada. El amor, en mi caso.

Dicen que no hay que buscarlo pero, si no lo buscas, ¿cómo sabe tu amor que la necesitas?

Son preguntas que jamás me responderé, porque no tienen respuesta.
Pero lo que sí sé, es que, cuando consiga algo gracias a mi escritura y nombre este blog, se llenará de visitas, de comentarios, de mil cosas vacías que al final dejará de importan. Te harán sonreír, pero no se te grabarán. Aún así, si eso ocurre, pienso contestar a todos y cada uno de aquellos comentarios que aquí se escriban.


Y desde mi fortaleza de cristal, dejo huella en este diminuto punto en este gran planeta para deciros que no os paséis la vida preguntándoos cosas, simplemente, VIVIDLAS.

martes, 6 de septiembre de 2011

Amor

Mas si camino de tu mano nunca aprenderé a caminar sola, es más, nunca aprenderé a levantarme.
Me hago mayor viendo la vida pasar y cada día disfruto más de la compañía que me rodea. Quiero saber más y más y conocer al mundo entero.

Pero no quiero pasear sin la palabra amor grabada en mi alma, no quiero pasear sin el beso de tus labios en mi pensamiento. ¿De qué me sirve caminar sin rumbo si no es con tu sonrisa metida en mi cabeza?
Mas la vida no sé lo que me deparará, no sé qué me espera, no sé qué espero de ella...quiero tu piel sobre la mía, quiero tus besos sobre mis labios, tus dedos, entrelazados con los míos. Quiero a mi princesa, tumbada sobre mi cama; quiero mirarla mientras duerme y adivinar sus sueños a través de sus suspiros. Quiero tenerla, quiero besarla y enseñarle el mundo a través de mis ojos, quiero mostrarle el mío.

Que se rinda el universo, que se rinda la luna, el cielo, las estrellas, que se rinda Dios...porque mientras yo no tenga a la niña de mis ojos, no me rendiré frente a este mundo frío y ajeno.

jueves, 11 de agosto de 2011

Closed


Informo de que lavidaessiempreamarilla cierra durante dos semanas. ¿La razón? Me voy a visitar tierra meiga! A ver si me cruzo con la Santa Compaña y me llevan a un viaje a través de los bosques gallegos por el resto de la eternidad...¡que no!
Me voy a reencontrarme con mis raíces y ¿por qué no? Con la musa que se me escapó entre los dedos, espero poder encontrarla y poder escribíroslo aquí cuando lo haga, pequeños lectores fantasmas que no dejan comentarios :)

Os deseo unas felices vacaciones a aquellos que las tengan y un fin de agosto no muy duro para aquellos que trabajen. En Septiembre volveré con muchas cosas que contar y muchas fotos que mostrar...¡un saludo!

miércoles, 3 de agosto de 2011

Estrellas

No hay mejor inspiración que la que me brindan las estrellas reflejadas en tus ojos...
No hay mejor momento que ése en el que tú y yo enterramos los pies en la arena, miramos al oscuro horizonte e intentamos averiguar dónde termina el mar y dónde empieza el cielo. En donde tú, dueña de la luna, te escondes durante el día y sólo te dejas ver cuando el sol se va para dormir.

Tú, tú, tú, reina de mis sueños, dulce piel la recubre tu cuerpo, ésa que yo deseo besar más que nada en el mundo. Como tus labios, que hablan y dicen palabras, pero no las entiendo, me sumerjo en ellos y espero a que calles, me mires y nos besemos. Tú, princesa, por una vez en la vida, déjame que te demuestre lo que no tienes, lo que no te dan y ven a mi lado, juntas, en esta playa.
Permíteme enamorarte y jamás te arrepentirás, no me castigues con más suspiros...

Lee esto y sonríeme la próxima vez que me veas...

viernes, 29 de julio de 2011

Principio

La tormenta se cernía sobre el pueblo como una humareda negra. El Sol peleaba por lucir sus rayos a través de las nubes que intentaban alimentarse de las sonrisas de la gente.

Los aldeanos huían de ellas despavoridos...
Pero entre ellas se encontraba tu sonrisa, esa sonrisa que ya no veré más, que se aleja de mí sin que yo pueda detenerla y me queda simplemente el recuerdo de ti. El recuerdo de tus labios dejando paso a tu luz.
No te odio, pero, aunque no haya podido disfrutar de ti como hubiese querido, te echaré de menos.
Pequeña princesa de mis sueños, dame otra oportunidad. Más bien, dame la primera, y vuelve, vuelve y cruzate en mi camino una vez más. Permíteme sonsacarte una sonrisa y enseñarte el mundo perfecto y precioso que te puedo ofrecer a mi lado.

Déjame tener el principio de mi historia contigo...

sábado, 16 de julio de 2011

Luna llena

Entre las nubes, la luna llena saca su sonrisa; su luz inundaba el mar vacío de sentimientos. El cielo la mecía entre sus brazos y el mar arrullaba a la luna con su murmullo para hacerla dormir.
Yo buscaba su sonrisa entre la gente y solo encontraba a mi corazón desbocado en mi pecho corriendo para dormir entre sus brazos la noche entera. Mis suspiros henchían el pecho cuando respiraba y su olor venía hacia mí, jamás sentí nada igual como aquello que sentí al tenerla a mi lado aquella noche.
Sus manos recorrían mi espalda, sus labios buscaban los míos...su cuerpo se fundía con el mío rompiendo toda ley de la física.
Poco a poco la noche se iba diluyendo con la luz del día y su cuerpo se desvanecía de mi cama...solo me queda su olor en la almohada y un suspiro ahogado en el mar...

miércoles, 13 de julio de 2011

Hoy, tú.

Hoy estabas tú, sentada, sonriendo.
Hoy he visto tus manos de cerca.
Hoy he disfrutado de tu mirada.
Hoy te he tenido a mi lado, tu olor me ha acariciado, por primera vez.

Hoy, tú, sin saberlo, te has convertido en la estrella más brillante de mi cielo, casi como la luna.
Hoy, tú, sin quererlo, has hecho que camine por el cielo nocturno y me has permitido hacerte sonreír.

Pero te alejas, te has alejado y la vida ya no es la misma al saber que tú ya lates por otra. Aún así no desisto en el intento de saber de ti y de saber hacerte reír, de consolarte, abrazarte y disfrutar contigo del tiempo libre que nos quede.
Hoy, tú, has hecho que mi corazón de un vuelco, sin saberlo, tú, has hecho que mi alma suspirara como hacía tiempo que no lo hacía.
Pero esperaré.
Esperaré.

martes, 5 de julio de 2011

Vacío

El vacío se apodera de mi ser.
EL vacío me amarga la existencia y no soy capaz de llenarlo.
No sé qué necesito, qué quiero, qué puede sacarme una sonrisa...

Respuesta. Lo que necesito es una respuesta...

lunes, 4 de julio de 2011

Basura

Quiero escribir los versos más bonitos esta noche
mas mi pena escondida no me permite hallarlos.

Puedo escribir los versos más bonitos esta noche
mas mi mente sólo fabrica basura.

Me gustaría regalar los versos más bonitos esta noche
mas mi corazón se atrofia por segundos en mi pecho.
Me hace estallar cuando nadie mira
y aguantar cuando se atreven a observarme.

Me encantaría leerte los versos más bonitos esta noche
pero mi voz ronca no me dejará elevar el tono cuando diga 'te quiero'.
Aullaré cuando las palabras sean odio en mi boca
y susurraré cuando de amor se trate.

Basura.
Basura es lo que fabrica mi mente ahora.
Basura es lo que hace que falle al teclear las letras.
Basura es lo que escribo
y basura es lo que siento.
No pienso luego no escribo.
No siento luego no pienso.
No escribo luego no existo.

Reduce mi corazón a cenizas
y tíralo río arriba.
Deja que vuelen al mar
y húndeme entre tus costillas.
Luego con mis labios besaré tu piel
y reviviré tu corazón de hiel.

Busca tu sentimiento rojo
y hazlo crecer.
Tiéndeme la mano al levantarme
pues no quiero caer.
Basura recogen mis manos
al teclear el teclado.
Basura escribo esta noche
pues mi inspiración murió.

Se busca musa sin complejos,
buena presencia, lista e inteligente.
Se busca musa que me bese hasta el amanecer
y que le guste también el café.
Se busca musa que me deje escribir sobre ella
y en nuestras noches hacerla mía.

Se buscan palabras, palabras, palabras...

Tu piel

He rozado tu piel. El sol se ha nublado y mis ojos se han llenado de lágrimas de felicidad cuando nuestros labios se han rozado por primera vez.

Tus ojos, los míos, nuestras miradas vergonzosas dejan paso a valiente besos apasionados que no dejan cabida a un solo suspiro. Me pierdo entre tu piel, tu piel sedosa.

Tu piel es el mapa que me guía al más puro de los placeres, al más oscuro de los infiernos para resurgir de mis cenizas en plena noche y conquistarte con palabras y besos para hacerte mía hasta el amanecer. Con mis manos alrededor de tu cintura susurraré palabras que no pensaste que nadie te diría pues tú, eres la única poseedora de ellas aunque no lo supieras.
Tu espalda me incita a proporcionarte caricias que no sabía que existían, dulces, lentas, tranquilas, disfrutando de tu respiración, de cada centímetro de ti mientras duermes, tranquila, abrazada a mi cuerpo perlado de sudor. La luna nos mira desde su altura y mece nuestra cama para que durmamos toda la noche, juntas, desnudas y sin más que pedir.
Tu respiración se solapa con la mía, me buscas cuando me separo y te busco cuando no siento tu calor, fundiéndose con mi alma y mi corazón, latiendo por ti a cada segundo.

He despertado y te he visto, con el pelo revuelto, con tus ojos cerrados y tu media sonrisa en los labios. Unos labios que no quiero dejar de besar, que no quiero dejar de ver cómo formulan palabras al aire...y te beso. Te beso para que el silencio inunde nuestra habitación pues hay momentos en los que ni yo puedo escucharte, tus labios me llaman.

Te mueves, te destapas y tu piel desnuda se pone de gallina para que te abrace por millonésima vez. Y lo hago. Y lo repito. Y lo repetiré hasta que me muera.


Entonces despierto de verdad y tú no estás. Eres otro sueño, otro sueño sin cumplir, no recuerdo tu cara, tus manos, los labios que tanto ansié mientras soñaba...pero sí recuerdo tu piel. Y la buscaré hasta encontrarla.

sábado, 25 de junio de 2011

La vida.

Que la vida da muchas vueltas, que te mareas y que te caes...
Que caminas de la mano de nadie y aún así sabes qué camino pisar.
El camino de baldosas amarillas se suele decir, pero es mentira, es una camino lleno de trampas que pisar y que esquivar. Caer de lleno o sólo tropezar...tropieza, tropieza, tropieza, tropieza...y cae.
Cae al vacío de la nada, al vacío de la oscuridad y piérdete hasta vomitar lo más hondo de tus entrañas, conviértete en lágrima y resbala por mi mejilla. Sé una mirada y clávate en mis ojos, sé una palabra y grábate en mi alma.

Vomito palabras al azar con la esperanza de que terminen siendo coherentes sin más. Que el azar se apodere de mi ser, de mi alma, de mi vida y me diga que el adiós no es un adiós verdadero, que el adiós es una ilusión creada por un vaso de alcohol quemándose sobre una mesa con un mantel bordado.

Un hola, un adiós, un corazón que sangra y llora. Mi alma, mi corazón, mi cuerpo, mi dolor, se mezcla en un solo ser, yo.

Extraños que se besan en un rincón, extraños que se marean con caricias a escondidas de los ojos de la malvada noche, extraños que nos miran al pasar y sonríen. Revive recuerdos olvidados que no te dejan seguir caminando porque intentan arrancarte el alma del pecho. Reza a tu dios pagano y olvida lo importante. Reza a un dios inexistente y luego corre despavorida ante la aparición del maligno.
Las cuerdas de una guitarra suenan de fondo, pero sigues corriendo. Una voz te canta al oído, una voz que conoces, una voz que te sirve de consuelo. Pero vuelves a tropezar.

Caes
Caes
Caes
Caes
Caes
Caes....

Y entonces, te despiertas.



PD: Me doy cuenta de que, cuando duermo poco, escribo mejor o escribo como me gustaría poder hacerlo de normal.

martes, 21 de junio de 2011

Soledad irreal

Sé que sientes la soledad en lo más hondo de tu alma cuando un recuerdo cruza tu mente, que tu corazón inútil no late sin que golpees tu pecho, que tu cabeza no deja de preguntarse 'por qué' y tú misma te odias por llorar por alguien que no lo merece.
Te contradices, sí lo merece, pero tú no te mereces esto.

Las lágrimas arden por tus mejillas, resbalan por tu cuello, se pierden en tu pecho...se mezclan con el recuerdo de un olor familiar, que reaviva recuerdos ínfimos ya olvidados. Tu vida se ha hecho un cúmulo de oscuridad y no sabes por dónde caminar pues te da miedo caer al vacío.
Te sientes sola antes esta soledad irreal, no sabes qué hacer ¿qué puedo pedir? ¿A quién debo acudir?

Hundes tu cara en la almohada para no llorar, buscas tu propio cuerpo bajo las sábanas para que nada te afecte y gritas en silencio su nombre hasta que te quedas dormida. La luz de un nuevo día ilumina tu cuarto, pero tú, no quieres levantarte para tener que sobrevivir un día más...

Aunque, hoy es un día distinto. Hoy, algo ha cambiado. Tu sonrisa se muestra en tus labios, aquello por lo que las personas que te aprecian han luchado alguna vez, ha surgido sin más. El brillo de un nuevo sol te espera en la calle, y sales al balcón y disfrutas del aire que mueve tu pelo, de una nube que, tímida, intenta esconder el sol.
Pero te da igual, tu corazón ha vuelto a latir, ha vuelto a ser él mismo sin siquiera haber pensado en ello. Te sientes tú otra vez.

Mas ¿quién podría ser dueña de esa sonrisa que ahora ilumina el mundo? Sólo tú, pequeña niña, sólo tú eres dueña de tus sonrisas y tu corazón. Has despertado de un largo letargo entre sombras, has peleado con lo males más horribles del mundo y has triunfado un día tras otro.
Toda esa fuerza que muestras antes el mundo la has utilizado contigo misma y has dicho adiós a todo aquello que te ataba. A mí, a nosotras, nos has regalado la más sincera de las sonrisas una vez y yo, sinceramente, quiero volver a verla para guardar en el recuerdo que un día, iluminaste más que el sol.

No creo en las casualidades. No creo en la debilidad, ni en el miedo, ni en las sombras...
Creo en mí, en vosotras, en que esto ocurre, pero es porque algo mejor viene. Sonríe, sonreíd, mostrar el camino de aquellas que caminan a vuestro lado sin miedo a morir en el intento.


Se os quiere.

miércoles, 15 de junio de 2011

Para una amiga.

Tus lágrimas caen sin descanso en la noche de luna llena. La ligera brisa que azota la ventana ha dejado de escucharse y sólo se oye tu respiración entrecortada buscando un perdón, una solución o simplemente, piedad. Piedad por tu corazón traicionado, decepcionado ante el advenimiento de acontecimientos, tu vida, ahora mismo, un desastre.

Tu cama es el refugio de tu alma que yace sobre el colchón cansado de oírte, noche tras noche, desahogar tus lágrimas invisibles. Tú, tu vida, tu sentido de vivir, ¿qué ha sido de él? ¿Qué ha sido de la sonrisa sincera, del brillo en los ojos, de la risa sin fin? ¿Qué ha sido de la rapidez de los comentarios, de la brillantez de las palabras?
Oscurecidas han quedado ante tal dolor en tu pecho...pero tranquila niña, tranquila, el sol secará tus mejillas, iluminará el día y te guiará allá donde quiera que vayas a ir, te mostrará el camino que deberás seguir. No temas a la noche aunque sea donde te escondes, no temas a las estrellas o a la luna cautiva, pues ella te cuida aunque no te des cuenta. Te refugia entre sus brazos de plata dándote el calor que echas en falta.

Jamás estarás perdida. Jamás llorarás sola. Jamás tus palabras volverán a caer en vano...pues dos estrellas que quizás antes no iluminaban han ganado la carrera para iluminar un poco más ese cielo que tú aún ves oscuro.

Sonríe pequeño cerdo =)

miércoles, 8 de junio de 2011

Caricias en tu espalda

Recorro tu piel plateada sobre mi cama. Recorro tus curvas con mis dedos, con mi mano, recorro tu espalda y tú, te estremeces.

Recorro tu pelo negro, recorro tu respiración, tus sueños, tus ojos cerrados...recorro tus suspiros. Recorro todo tu cuerpo.

Recorro tus sentimientos, tu corazón, tu alma y todo tu ser. Me pierdo en las lagunas de tus pechos, me embriago de todo tu perfume y me busco en el reflejo de tus ojos cerrados.
La oscuridad nos acoge en su abrazo nocturno y nos deja descansar tranquilas, desnudas sobre mi cama. Busco tu mano con la ligera luz de luna que nos ilumina y tu mano, dormida, busca la mía sin darse cuenta.

Me he perdido en ti, bella princesa, me he perdido en tus sueños, encuéntrame en ellos y dejaré que me tengas para siempre. Perteneceré a tu reino de fantasía en el que las dos nos conocimos y en el que las dos nos perderemos para siempre jamás, en donde pueda acariciar tu espalda cada noche, para notar que te estremeces bajo mis dedos...

miércoles, 1 de junio de 2011

Cuentos de una Moleskine


Relojes de vida.
Erase que se era. En un lugar en el que la niebla cubría los valles, un pequeño corazón dejó de latir cerca del fuego, su reloj se había parado.
EN lo alto de una colina, vivía el señor más viejo del pueblo, todos los días le daba cuerda a su reloj y todos los días fabricaba nuevos relojes para los recién nacidos.

Los relojes eran de madera. Su interior era de oro, sus mecanismos estaban cubiertos de rubíes y sólo funcionaban con la sangre del recién nacido. Eran relojes de vida, no contaban las horas hacia delante, contaba las horas y el calendario hacia atrás. Nadie sabía por qué, nadie sabía de dónde venía el viejo y nadie tenía recuerdo de cuando no estaba. Nadie sabía cuándo llegó, nadie entendía por qué llegó.

La luz del sol alumbraba el pueblo de casas bajas, calles estrechas y cuestas empinadas. El pequeño Joel murió en el bosque, con su reloj colgado al cuelo.
El viejo observaba la vida tranquila y sosegada del pueblo mientras daba cuerda a su reloj.

Ninguno de los habitantes podía destruir el reloj, pues si lo hacían se destruía a sí mismo; el único capaz de atrasar el momento de su muerte era el encorvado viejo..
Pero lo que la gente no sabía era que, cada día que el viejo daba cuerda a su reloj, segaba una vida. Cuando su reloj se atrasaba, el pueblo sufría una muerte y así creaba otro reloj de vida, pues sabía que, pronto nacería otra nueva vida para poder aumentar la suya propia y con ella, su soledad en el castillo de la colina del pueblo al que cubre la niebla cada mañana y que persigue la muerte cuando cierra los ojos al mundo...

FIN.



Foto: Astronomical Clock of Prague by: wooder



sábado, 28 de mayo de 2011

La Vida

La vida es el deseo de un sueño dormido que viaja entre las estrellas del universo para que te reencuentres con tu destino al final de un túnel oscuro.

¿Qué piensas de tu vida cuando te levantas por la mañana?