sábado, 10 de septiembre de 2011

Hoy

Hoy quiero escribir.
No sé por qué, no sé por quién, mejor dicho; pero me apetece. Siento esa necesidad de decir lo que hay dentro de mí, pero con palabras. Palabras a veces estúpidas o equivocadas. ¿Qué son las palabras si no hay una persona detrás que las diga, que las sienta, que las haga suyas?
Supongo que si no hay nada es como el aire, no lo vemos pero sabemos que está ahí.

He puesto mi cabecita loca a pensar, a darle vueltas a la vida y llevo así ya una semana. ¿Qué es la vida? Un privilegio, sí, pero, ¿qué sentido le damos a la existencia?
Hay pobreza, dolor, injusticia, asesinatos, fusilamientos, xenofobia, homofobia, machismo....eso sí, por cada cosa mala existe una cosa buena. O casi todo.

Nos pasamos la vida pensando en positivo, mirando ''el lado bueno de las cosas'' y ¿sabéis qué? Aunque yo siempre piense así, me canso, me canso de ver a gente que no se merece nada, tener todo lo que yo merecería. Me entristece sentirme tan pequeña en un mundo tan grande, me hacen sentirme pequeña aquellos seres que se creen superiores por ser más altos, más guapos o más ricos. Lo que no saben es, que, la altura, cuando estás bajo tierra, no cuenta. Que la belleza se marchita con el tiempo, que lo que queda es el corazón; y, sobre todo, no saben que el dinero tal como viene, se va.
No existe en el mundo una sola persona, una única persona que no le desee el mal a alguien alguna vez, que comparta todo lo que tiene sin importarle el resto. Nadie existe sólo para hacer el bien, porque de tanto bien, siempre habrá alguien que piense mal y que le odie. Hablo por experiencia.

Por eso, la vida es injusta o justa, es guapa o fea, es rica o pobre, pero la única excusa que tiene es que...así es la vida. Nunca tendrás nada como lo deseas.
Quieres ser rico, bien, serás rico, pero terminarás por no ser feliz porque la gente no te amará por tu persona, sino por tu dinero.
Quieres ligarte a alguien que sea precioso/a? Bien, lo harás, pero quizás te llene más aquella chica que se esconde detrás de los altavoces para no llamar la atención.
Quieres amistad, bien, la tendrás, pero...¿qué estás dispuesta a dejar atrás?

A veces no entiendo esta vida. Me resulta tan...estúpida. Pero aún así no quiero que termine jamás, quiero dejar huella en este planeta, en los corazones, en las mentes, en las almas. Tengo veintidós años y siento que no he hecho nada por el mundo. No he compartido nada de mi ser con el resto del mundo. ¡Ni siquiera puedo hacer que las visitas de mi blog suban sin ser yo la que entre! Y pensar que esto es lo que mejor se me da...

Hay algo que me inunda dentro, pero no sé lo qué es. Deseo carnal, sexo, dolor, arrepentimiento, dudas existenciales...

¿Dónde está mi amor? Me pregunto doce horas al día, mientras que las otras doce me las paso diciéndome a mí misma que todo está bien, que no hace falta el amor para vivir. Pero sí hace falta cuando todo a tu alrededor es amor y tú te sientes perdida, como Caperucita Roja en el bosque. Cuando sientes que no puedes más, tu vida se hace distinta sin darte cuenta y acabas pensando en lo único que deseas más que nada. El amor, en mi caso.

Dicen que no hay que buscarlo pero, si no lo buscas, ¿cómo sabe tu amor que la necesitas?

Son preguntas que jamás me responderé, porque no tienen respuesta.
Pero lo que sí sé, es que, cuando consiga algo gracias a mi escritura y nombre este blog, se llenará de visitas, de comentarios, de mil cosas vacías que al final dejará de importan. Te harán sonreír, pero no se te grabarán. Aún así, si eso ocurre, pienso contestar a todos y cada uno de aquellos comentarios que aquí se escriban.


Y desde mi fortaleza de cristal, dejo huella en este diminuto punto en este gran planeta para deciros que no os paséis la vida preguntándoos cosas, simplemente, VIVIDLAS.

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