viernes, 30 de septiembre de 2011

Fuegos Fatuos

Los fuego fatuos volaban sobre la estepa nevada como estrellas fugaces. Viajaban por la solitaria noche buscando un sitio donde morir, un bosque, un alma, un cuerpo.

Pero no encontraban más que soledad. Su corta vida se convertía en arte inmortalizado por una cámara de fotos, sin ellos saberlo permanecerían retratados eternamente y colgado en la pared de algún mueso muy lejos de allí.

Otro fuego fatuo viajó desde una punta del lago a otra, casi caminó sobre el agua y fue a morir a los pies de un árbol recién nacido. Aquel árbol creció grande y fuerte, convirtiéndose mucho más tarde en el árbol más viejo del bosque.


Y lejos, muy lejos de allí, una chica estaba tumbada sobre su cama, pensando en su corazón, pensando en su amor, que llevaba mucho tiempo perdido y que no encontraba. Miraba el techo a oscuras, pensaba en ella...en su pelo, en sus ojos, en su sonrisa, en sus manos. La imaginaba durmiendo junto a ella. Hacía dos meses que no podía dormir si no pensaba en ella. La esperanza se desvanecía por momentos al igual que vaho en invierno. Sus lágrimas atravesaban su cara mientras escuchaba aquella canción...
Un fuego fatuo se coló por la ventana, se acomodó en su pecho y le dio una descarga. La chica se sobresaltó y dejó de llorar...en su pecho una herida, tocó con su mano y le faltaba parte de su corazón. El pequeño fuego fatuo había huído con la mitad de su corazón...
Seguía llorando esperando que la mitad de su corazón decansase con su amada y que aquello la hiciese juntarse con ella, una vez más.

domingo, 25 de septiembre de 2011

El sol de mi esperanza

Y tumbada sobre aquella roca se encontraba mi esperanza. Esperanza para una vida mejor, un sentimiento mutuo sin nombre, un beso más en la noche, sin despertar.

Sentada mirando al mar busqué la respuesta al por qué había sido yo la elegida para poder coger aquella mano sin miedo a caminar junto a ella. Con la salitre volando en el aire sus besos seguían siendo dulces como los del primer día. Su mirada, la mía, la nuestra, que se encontraban al descubierto.
El sol nos doraba la piel y las olas no cesaban en su canto, querían salirse del mar al igual que nuestras palabras querían salirse de lo más hondo de nuestra alma. He pensado en ello, he buscado una respuesta y sólo he encontrado tu nombre, escrito por todas partes.

No he perdido el rumbo, he encontrado mi norte. En sus ojos me pierdo y en sus besos me encuentro. Entre sus manos duermo y entre mis brazos, ella despierta.
La felicidad está a un tiro de piedra, la felicidad es de carne y hueso, es ella. Es mi vida. Soy yo.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Sueños

He soñado esta noche con un beso tuyo.
Un beso en mis labios que nos lleva por el camino de la locura apasionada haciéndonos partícipes de dos sentimientos mutuos. Una espiral de amor y pasión que nos hace fundirnos en nuestra cama, entre las sábanas blancas que nos esconden de las miradas furtivas de la sociedad.
Sobre el colchón te juro amor eterno. En la noche se muestra mi corazón tal y como es, tuyo. En la noche mis besos son más sinceros que nunca, son para ti.

Con la luz tenue de las estrellas sobre tu piel, dibujo lineas imaginarias que pasen por todos tus lunares, dibujo con mi dedo tus curvas, tus recovecos. Paseo mi dedo por tu piel, pues no hay mejor sensación que esa. Busco tus labios para darte un último beso detrás de otro, para no dormir porque el tiempo que paso dormida es tiempo que paso sin disfrutar de ti, aunque teniéndote a mi lado sigo pensando en ti hasta dormirme, sigo soñando contigo...y entonces me despierto y ahí estás. Desnuda, sólo iluminada por los rayos de sol que se adentran por las ventanas.

Tu espalda, tu tez blanca, sobre mi colchón, sobre las sábanas fuera de lugar. Más feliz que nunca, durmiendo, soñando, tranquila. Te despierto con un beso en tu espalda, te abrazo y te susurro al oído; "hoy van a cumplirse todos tus sueños", te digo. Entonces despiertas, sonríes, y me besas. "He soñado contigo" me confiesas.

Y ahora despierto de verdad...pero sigues ahí, dormida. Apenas te has movido. Te vuelvo a abrazar, como en el sueño y entonces me vuelvo a quedar dormida oliendo tu pelo.

Tú, tus besos, tu amor...llenan esta noche mi cama, mi habitación, mi todo. Llenas mi mundo y mi más sincera existencia. No quiero que jamás se acabe, no quiero despertar, quiero seguir soñando contigo y quiero poder besarte al despertar.

Mi vida, mi amor, mi luna...volveré a por ti, en sueños.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Y entonces encontraba tu sonrisa después de cada beso.
Una caricia tras cada palabra.
Tu nombre en el firmamento y una luz en mi alma.


lunes, 12 de septiembre de 2011

Nuestro mundo

Susurraba su nombre en mis sueños, entre mis sábanas. Veía su cara frente a mí, sus manos de agua resbalaban por mi piel y me acariciaba el cuerpo.

Nos fundimos en una. Una sola persona en un mismo espacio. Una sola estrella en un mismo cielo, que se divide en dos y ocupa tu corazón y el mío. Una luna, una estrella fugaz, un sol, un día y una noche.
Una sonrisa, un beso, una caricia y tú.
Una versión distorsionada de lo que es el amor puebla mi corazón, una visión extraña de lo que es el cariño me hace quedarme junto a ti. Busco tu sombra en la noche, aunque sé que no la encontraré ahí estará, cuidando de mí cuando no mire.
Tus ojos me miran desde el cielo para cuidar mi sueño, para que, cuando despierte tú seas mi primer pensamiento y mi día. Quieres que sea parte de tu vida, de tu camino, cogernos de la mano y buscar el final sin miedo a que al otro lado haya un precipicio.

Y allí, con los pies colgando del acantilado, veremos cómo sale y se pone el sol, pues en nuestro mundo sale y se pone por el mismo sitio; en nuestro mundo las estrellas atraviesan el cielo cuando nos besamos. En nuestro mundo, tú y yo jamás nos separamos.

Pero entonces despierto, despierto sin ti en mi cama. Contigo en mi corazón.
Abro los ojos, te veo a ti. Abro mi alma y tú entras.
Suena el timbre. Abro la puerta y ahí estás.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Ella

Era de noche. Noche cerrada.
Se encontraba ella perdida, con los ojos llenos de lágrimas, con la única esperanza de salir de aquel inmenso bosque.
La luna se dejaba ver tímidamente entre las copas de los árboles. Iluminaba más bien poco, pero a ella le bastaba para poder seguir caminando en línea recta, o eso pensaba.
Su ropa estaba hecha jirones, sus pantalones rotos, sus zapatillas empapadas, su camiseta roja sucia, sudada y rota. ¿Qué más le quedaba? Una imagen, un recuerdo.

Su aliento era escaso, se olvidaba de respirar y su corazón, de latir. Sus pulmones hiperventilaban oxígeno para poder dar un paso más hacia la salida, pero no llegaba, sus ojos no veían más allá e sus manos, sus manos no conseguían tocar nada, la luz era tenue, escasa. Y ella se mareaba.
Se desplomó en el suelo del bosque, entre hojas, malezas y piedras. Éstas rasgaron su piel y la hicieron sangrar. Su corazón se rompió. Mil pedazos de un corazón de cristal quedaron esparcidos por el suelo de aquel oscuro bosque.
Pero no sangró, no lloró, no derramó ni una sola lágrima.

Nadie la buscó nunca, nadie la encontró nunca, nadie preguntó por ella.

La pequeña allí terminó su vida, alzándose entre las ramas de los árboles más alto, haciéndose estrella, guiando los pasos de los perdidos en el bosque. Guiando los recuerdos a los corazones pertinentes. Guiando mis te quieros a tu oído, mis sonrisas a tu alma y mis palabras por tu cuerpo.

Ella murió porque yo hoy pudiese suspirar el amor que no ha llegado. Ella soy yo. Y mi corazón, el que late a destiempo.

Hoy

Hoy quiero escribir.
No sé por qué, no sé por quién, mejor dicho; pero me apetece. Siento esa necesidad de decir lo que hay dentro de mí, pero con palabras. Palabras a veces estúpidas o equivocadas. ¿Qué son las palabras si no hay una persona detrás que las diga, que las sienta, que las haga suyas?
Supongo que si no hay nada es como el aire, no lo vemos pero sabemos que está ahí.

He puesto mi cabecita loca a pensar, a darle vueltas a la vida y llevo así ya una semana. ¿Qué es la vida? Un privilegio, sí, pero, ¿qué sentido le damos a la existencia?
Hay pobreza, dolor, injusticia, asesinatos, fusilamientos, xenofobia, homofobia, machismo....eso sí, por cada cosa mala existe una cosa buena. O casi todo.

Nos pasamos la vida pensando en positivo, mirando ''el lado bueno de las cosas'' y ¿sabéis qué? Aunque yo siempre piense así, me canso, me canso de ver a gente que no se merece nada, tener todo lo que yo merecería. Me entristece sentirme tan pequeña en un mundo tan grande, me hacen sentirme pequeña aquellos seres que se creen superiores por ser más altos, más guapos o más ricos. Lo que no saben es, que, la altura, cuando estás bajo tierra, no cuenta. Que la belleza se marchita con el tiempo, que lo que queda es el corazón; y, sobre todo, no saben que el dinero tal como viene, se va.
No existe en el mundo una sola persona, una única persona que no le desee el mal a alguien alguna vez, que comparta todo lo que tiene sin importarle el resto. Nadie existe sólo para hacer el bien, porque de tanto bien, siempre habrá alguien que piense mal y que le odie. Hablo por experiencia.

Por eso, la vida es injusta o justa, es guapa o fea, es rica o pobre, pero la única excusa que tiene es que...así es la vida. Nunca tendrás nada como lo deseas.
Quieres ser rico, bien, serás rico, pero terminarás por no ser feliz porque la gente no te amará por tu persona, sino por tu dinero.
Quieres ligarte a alguien que sea precioso/a? Bien, lo harás, pero quizás te llene más aquella chica que se esconde detrás de los altavoces para no llamar la atención.
Quieres amistad, bien, la tendrás, pero...¿qué estás dispuesta a dejar atrás?

A veces no entiendo esta vida. Me resulta tan...estúpida. Pero aún así no quiero que termine jamás, quiero dejar huella en este planeta, en los corazones, en las mentes, en las almas. Tengo veintidós años y siento que no he hecho nada por el mundo. No he compartido nada de mi ser con el resto del mundo. ¡Ni siquiera puedo hacer que las visitas de mi blog suban sin ser yo la que entre! Y pensar que esto es lo que mejor se me da...

Hay algo que me inunda dentro, pero no sé lo qué es. Deseo carnal, sexo, dolor, arrepentimiento, dudas existenciales...

¿Dónde está mi amor? Me pregunto doce horas al día, mientras que las otras doce me las paso diciéndome a mí misma que todo está bien, que no hace falta el amor para vivir. Pero sí hace falta cuando todo a tu alrededor es amor y tú te sientes perdida, como Caperucita Roja en el bosque. Cuando sientes que no puedes más, tu vida se hace distinta sin darte cuenta y acabas pensando en lo único que deseas más que nada. El amor, en mi caso.

Dicen que no hay que buscarlo pero, si no lo buscas, ¿cómo sabe tu amor que la necesitas?

Son preguntas que jamás me responderé, porque no tienen respuesta.
Pero lo que sí sé, es que, cuando consiga algo gracias a mi escritura y nombre este blog, se llenará de visitas, de comentarios, de mil cosas vacías que al final dejará de importan. Te harán sonreír, pero no se te grabarán. Aún así, si eso ocurre, pienso contestar a todos y cada uno de aquellos comentarios que aquí se escriban.


Y desde mi fortaleza de cristal, dejo huella en este diminuto punto en este gran planeta para deciros que no os paséis la vida preguntándoos cosas, simplemente, VIVIDLAS.

martes, 6 de septiembre de 2011

Amor

Mas si camino de tu mano nunca aprenderé a caminar sola, es más, nunca aprenderé a levantarme.
Me hago mayor viendo la vida pasar y cada día disfruto más de la compañía que me rodea. Quiero saber más y más y conocer al mundo entero.

Pero no quiero pasear sin la palabra amor grabada en mi alma, no quiero pasear sin el beso de tus labios en mi pensamiento. ¿De qué me sirve caminar sin rumbo si no es con tu sonrisa metida en mi cabeza?
Mas la vida no sé lo que me deparará, no sé qué me espera, no sé qué espero de ella...quiero tu piel sobre la mía, quiero tus besos sobre mis labios, tus dedos, entrelazados con los míos. Quiero a mi princesa, tumbada sobre mi cama; quiero mirarla mientras duerme y adivinar sus sueños a través de sus suspiros. Quiero tenerla, quiero besarla y enseñarle el mundo a través de mis ojos, quiero mostrarle el mío.

Que se rinda el universo, que se rinda la luna, el cielo, las estrellas, que se rinda Dios...porque mientras yo no tenga a la niña de mis ojos, no me rendiré frente a este mundo frío y ajeno.