miércoles, 26 de octubre de 2011

Metamorfosis

Quiero hablar de la metamorfosis del alma.
De la metamorfosis que sufrimos durante nuestras vidas, ésa que nos hace cambiar cuando llegamos a un tope. Una metamorfosis que nos hace cambiar radicalmente. Una metamorfosis que nos conlleva el perder a muchos y ganar a otros.

A lo largo de mi vida he sufrido metamorfosis sin siquiera darme cuenta. Mi cuerpo ha cambiado, mi pensamiento ha evolucionado, mi alma se renueva de vez en cuando y mi corazón...bueno, mi corazón sigue siendo pequeño, sigue atrofiado. Ya lo tengo aceptado.

¿Qué hemos de sentir cuando necesitamos cambiar?
En mi espalda noto las ganas de que salgan mis alas y de salir volando. Mi alma dice ''¡Corre! ¡Ve! ¡Vuela libre!'' pero mi corazón no; mi corazón me grita que me quede, con la poca fuerza que tiene late aprisa para que cuanto más me aleje de todo, más quiera quedarme. Me engaña. Me engaña y yo no sé cómo hablarle para que me deje seguir caminando.

No sé qué esperar de esta vida. Siento que va a ocurrir algo grande, algo gordo, algo que cambiará mi mundo tal y como lo conozco. Pero me da miedo saber qué es, porque aunque espero que sea ese amor que tanto y tanto deseo, se acabará convirtiendo en una gran masa de soledad y anhelo, una masa que me perseguirá y en la que me hundiré sin salvavidas alguno...

¿Veis? La vida es un regalo, pero no los pequeños juicios que se hacen a través de ella.
Yo he tropezado varia veces, estas últimas semanas quiero borrarlas de mi memoria porque, aunque han habido peores, han sido malas. Porque he tropezado tantas veces que ya las manos me sangran de apoyarme en el suelo. He actuado de mala manera y he sufrido en gran parte esas palabras.
Siento que mi cuerpo se desvanece con el paso del tiempo, que día tras día la gente me demuestra que le importo, pero siento que no correspondo a nadie como es debido, aunque yo lo desee con toda mi alma. Mi alma no responde, está dormida, está centrada en otros problemas.

O quizás sea yo, que no siento igual que los demás. Que soy especial a la hora de sentir y cuando hablo, nadie me escucha, nadie me entiende...o quizás, mi subconsciente hace que no quiera que me entiendan. Me siento cohibida, rota y olvidada, supongo que un poco de cariño de vez en cuando ayudaría. Pero ahora mismo me siento olvidada debajo de mis sábanas y nadie pregunta por mí.
Quizás sea cosa de mi alma o del pequeño quiste llamado corazón.

Serán las nubes de lluvia, el síndrome pre-menstrual atrasado o seré yo que no me entiendo, pero lo que sí sé es que llevo dos meses sintiendo que no soy yo, que mis actos no son correctos y que no puedo pararlo. Siento que tengo miedo de lo que estoy sintiendo y haciendo, tengo miedo de hacer más daño, tengo miedo de dejar de ser yo misma...y sobre todo, siento que no puedo parar. Que se muere una parte de mi cuando no sé qué digo y lo digo. Siento que me asusto cuando olvido las cosas que no siento importantes y en realidad lo eran. Siento que mi cuerpo no es el mío y que...podría olvidarlo en un andén como se olvida una chaqueta antes de subir al tren.

Sólo sé con certeza...que me gustaría poder dormir hasta que mi nuevo yo salga a la luz. Hasta que mude mi piel, mi alma, y por qué no, mi corazón.

1 comentario:

  1. Resistencia compañera, que las fases de cambio nos asaltan a todos de vez en cuando y, una vez pasan, todo queda más claro. ^^

    ResponderEliminar

Mancha de pintura