martes, 8 de marzo de 2011

Cuentos de una Moleskine


ARTE

La tumbé sobre la cama. Sobre su cama de humo. La tumbé y suavemente fui desnudándola poco a poco, acariciando cada centímetro de piel que quedaba al descubierto, besando cada sitio en el que la luz no llegaba. Deseándola a cada roce.
Desnudé su torso. Desnudé su alma. Recorrí su cuerpo, que era arte y descubrí lo que escondía. Un sentimiento que jamás me dijo y que siempre me negó.
Empecé besando dulcemente sus labios, fundiéndonos en el calor del momento. Mis manos recorrían sus suaves pechos, su tripa, su cintura, sus caderas...y desabrocharon su pantalón. Ella con sus manos me iba desnudado poco a poco y con miradas en la oscuridad descubrió mis intenciones.

Allí estaba ella. Diosa de la noche. Dueña de mi alma. Princesa de un reino de fantasía. Diosa desnuda. Desnuda ante mis ojos, ante mis manos. Piel blanca ardiendo entre mis labios; dulce y suave piel que invoca el deseo, al suplicio, la pasión, al amor y al sexo.

Continué bajando con mis labios por su cuello, por ese cuello por el que podía sentir los latidos acelerados de su corazón y con mi lengua creé un camino hasta llegar a sus pechos, los cuales besé con esmero para que su cuerpo se calentase y me pidiese más.
Fiel a sus órdenes continué mi búsqueda hacia El Dorado sin perder el ritmo. Pero algo detuvo mi viaje y fue ella que inmersa en su propia deseo me cogió suavemente la cabeza e hizo que la besara apasionadamente una vez tras otra.
Mi mano inquieta hizo el viaje por su cuenta. Cruzó valles y caminos. Recorrió sus piernas con una lentitud increíble, las acarició a conciencia, tanteando el terreno para empezar a buscar aquello de lo que todo el mundo hablaba.
Introduje mi mano entre sus piernas, entre sus labios y eso la hizo estremecer y exhalar el aire. Con uno de mis dedos, despacio, muy despacio, empecé a acariciar aquella suave, pequeña y rosada perla que se ensanchaba al paso de mi dedo y que le producía placer. A cada roce un beso y a cada beso un gemido.
Cuando noté su respiración realmente acelerada bajé de nuevo, despacio, intentando calmar su cuerpo. Cuando llegué, como si de un beso se tratara, peleé lengua con lengua intentando ganar la batalla. Pero lo que conseguí fue que tuviera un orgasmo.

Allí me quedé. Apoyando mi cabeza sobre su tripa, mientras ella me acariciaba el pelo. ''¿Qué has visto en mí?'' Me preguntó. A lo que yo respondí: ''El Arte''. Ella me miró extrañada, así que me incorporé y muy cerquita de sus labios comencé a señalar con mi dedo y a explicarle: ''tus labios son arte, porque de ahí salen tus palabras y me regalas tus besos. Tu piel es arte, porque jamás deseé tanto pintar como pintar sobre tu piel. Tus manos son arte, porque con ellas me regalas las caricias más dulces que nadie me dio jamás. Tu coño es arte, porque cuando yo lo toco provoca orgasmos que nadie, ninguna música podría superar en belleza (ella rió a carcajadas). Tu risa es arte porque provoca felicidad...y tu cara, tu cara sí es arte. Tu cara es lo que provoca todo esto, es lo que me llama la atención lo que podría estar mirando horas y horas en el museo que es tu habitación. Toda tú eres arte, ¿me crees ahora?'' Ella me acarició la cara, noté que sonreía. Me acarició los labios y vi que una lágrima cruzaba su rostro. Entonces susurró ''no, yo no soy arte. Lo que es arte es lo que sientes tú por mí.''
Y con la Luna como única testigo, nos fundimos en un beso. Nos fundimos piel con piel y nos hicimos el amor hasta el amanecer.


Foto: Sharmen by Skadeskutt

3 comentarios:

  1. El arte de helarte. Con el frio que hace, Nore.

    Muy erótico.

    Saludos.

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  2. Para el frío...¡hay que arrimarse! =D

    Gracias por pasarte siempre^^

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  3. BRAVOOOOOOOOOO
    me enkanto sobretodo esto: "Tu coño es arte, porque cuando yo lo toco provoca orgasmos que nadie, ninguna música podría superar en belleza (ella rió a carcajadas)"

    xDDDDDD

    y el final es precioso ^^

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