jueves, 12 de julio de 2012

Una historia de mentira

Existe un lugar en donde el corazón late al tiempo, camina seguro, ama de verdad y se sincera con el mundo.
Las lágrimas son escasas, raras. El dolor no encuentra lugar y la oscuridad sólo se cierne por las noches, en donde aún así brillan miles de estrellas en el cielo.

Las calles de este lugar se iluminan con las luciérnagas que vuelan por el aire. El silencio sólo es roto por cuatro grillos intentando enamorarse. Al fondo se escucha un río y no existe nada más.
O eso creen todos.

Existe una cueva oscura en la parte más oscura del bosque. Donde empieza el reino de Los Corazones Rotos. Los espinos cubren un camino de baldosas quebradas. El río de lágrimas corre colina abajo y los arbustos de las penalidades crecen a ambos lados del resquebrajado camino.
La cueva se encuentra tras dos sauces llorones que la esconden con sus ramas, no está a la vista, pero tampoco está escondida. Siempre que una de tus sonrisas no son para mí, huyo de aquel mundo postizo de sonrisa y me escondo aquí. Si alguna vez entras, mira hacia las paredes, muchas de esas palabras escritas en blanco sobre el negro de la piedra, son para ti. Muchas de esas frases de deseo, amor y pasión son para ti.
Me escondo de mi propio corazón. Me escondo de mi propia vida, porque no quiero vivirla si no es contigo. Porque desperdicié tu corazón una vez y el castigo e cierne sobre mí a cada sonrisa. A cada beso. A cada paso.
Sé que alguna vez llegará el momento en que pueda dejar de visitar esta cueva oscura...pero en el momento en el que deje de hacerlo, espero que sea porque mis labios probaron lo tuyos una vez más y por fin el destino que yo desvié se junte de nuevo en un camino seguro.

Y así, desde una carta que nunca será leída por tus ojos, me despido de ti, para siempre. Porque el muro que cubre mi corazón se quedará ahí para siempre, pues mi vida a tu lado nunca será como él espera.
Seguiré mintiéndole, diciéndole que encontraremos otra persona, en algún sitio, en algún lugar del mundo. Llegará un día, en que él y yo nos pongamos de acuerdo y amemos a la vez. Esto lo prometo yo.

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