sábado, 3 de marzo de 2012

La playa

Entrelacé mis dedos con los suyos. Las palabras no salían. Toda ella era arte.
El cielo estaba oscuro, las estrellas habían dejado de brillar al ver su sonrisa relucir en la orilla de la playa.
Las olas mojaban nuestros pies al igual que las caricias llenaban nuestra piel. Su silencio. Mis suspiros. Las olas.

Entonces las nubes se marcharon. Los planetas se alinearon y nuestro labios, secos de amor, deseosos de pasión, se juntaron para darnos el momento más dulce de la noche. Ni el amanecer más precioso podría cambiar aquello. Sus labios con los míos buscándose en la oscuridad de la playa.
Brillando su sonrisa entre mis caricias.
Y por primera vez, sentí que mi alma estaba completa a su lado.

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Mancha de pintura